Actualmente nos encontramos ante un mercado cada vez más exigente y competitivo, por eso, tanto los agricultores como los trabajadores en planta tienen que llevar a cabo mayores esfuerzos para conseguir que la calidad de sus productos sea muy buena.
Es común caminar entre los pasillos del supermercado o en algún mercadito local, y buscar con la vista el mejor jitomate o, por lo menos, que luzca bueno y fresco para aprovechar todas sus propiedades sin que se nos madure tan rápido.
Puede parecer fácil, pero encontrar uno de buena calidad no siempre es tarea sencilla. Aquí en Menú te damos algunas recomendaciones para saber escoger los mejores sin que se te maduren rápidamente.
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Bueno y saludable, así lo catalogan algunas investigaciones científicas que han evaluado por mucho tiempo las propiedades del jitomate, un fruto de la planta Solanum Lycopericum y que es considerado como una hortaliza .
Dentro de sus cualidades, se ha descubierto que es beneficioso para el corazón, rico en vitamina C un potente antioxidante natural, protege la vista, mejora la circulación sanguínea, evita el estreñimiento y demás.
Además de todas los beneficios que aporta esta hortaliza, es muy versátil en cuanto a su preparación, siendo muy común consumirlo en ensaladas, sopas, platillos y hasta en bebidas o jugos.
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Bien dice un dicho “de la vista nace el amor” y, efectivamente, funciona en algunos casos, pero para escoger un buen tomate hay más factores que deben de tomarse en cuenta, pues puede lucir rojo y fresco al exterior, pero una vez comprado el sabor es muy distinto o por dentro está muy cocido.
La temporada perfecta para consumirlo es en verano, donde se planta entre mayo y junio para que dé frutos a finales de julio y logre una cosecha prolongada hasta la temporada de fríos.
Para escogerlo debemos fijarnos en su aspecto para ver si el tomate ha madurado por completo, porque puede ser que lo hayan recolectado verde y en el transcurso del viaje se madurara por fuera, mientras que por dentro siga duro.
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1.
La piel del tomate tiene que ser suave y ligeramente brillante.
2.
Lo primero que hay que mirar es siempre la parte posterior, pues es donde maduran primero.
3.
La consistencia del jitomate es ligeramente dura.
4.
Es necesario comprobar la textura del tomate para asegurarnos de que está en su punto correcto de maduración, ni demasiado pasado ni demasiado verde.
En este último punto se debe considerar para qué queremos ocupar el jitomate, sí queremos que dure más tiempo o lo utilizaremos al momento. Por ello, se debe tomar el jitomate entre las manos y apretarlo ligeramente, si está blando significa que está demasiado maduro, y si la consistencia es buena pero tiene alguna parte ligeramente blanda nos durará unos cuantos días.
5.
El olor es clave, los tomates tienen un olor dulce y fresco, solo basta con rascar un poquito la parte de arriba para saber.
6.
Evitar que sean muy grandes, es muy común guiarnos por el tamaño “entre más, mejor”, pero los tomates muy grandes no serán tan sabrosos como los de tamaño medio.
Lo más recomendable siempre será consumir el tomate en su punto de maduración y sin que esté muchos días fuera de la rama. Para ello, la máxima ya la conocemos: proximidad y temporada, siempre que sea posible.
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Aún así, el sabor del jitomate es delicioso y se puede ocupar para un sinfín de alimentos y bebidas. Con estas recomendaciones podemos sacarle el mayor provecho y aprender, poco a poco a conocer un buen jitomate .
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