Casi en la esquina de Petrarca y Horacio, en el corazón de Polanco, se encuentra Ticuchi, un bar donde los destilados de agave resplandecen entre las sombras de un recinto que evoca una cueva.
En Menú, te revelamos todos los detalles detrás del concepto del enigmático bar de Enrique Olvera.
Ticuchi—que significa murciélago en mixteco—ocupa el mismo lugar que albergó originalmente Pujol, uno de los proyectos más emblemáticos del chef Enrique Olvera.
La propuesta arquitectónica del bar, a cargo de Aisha Ballesteros, socia del reconocido taller de arquitectura mexicano JSa, evoca magistralmente un enigmático recorrido a través de una cueva.
En el recinto, la luz es escasa, apenas suficiente para dibujar las sombras, mientras velas, con su resplandor tenue y vacilante, intensifican la percepción de los sentidos envolviendo el espacio en un aire de misterio.
Desde lo alto, un domo en forma de cenote deja pasar la luz nocturna, iluminando un imponente Cuerno de Alce rodeado de follaje, mientras que una barra rectangular, bancos, sillas y mesas, aguardan en silencio la llegada de los comensales.
La danza entre sombras y sutiles acentos de luz realza los materiales y texturas del espacio, creando un ambiente de misterio y sofisticación, que preludia el inicio de un viaje sensorial donde la comida y la bebida elevan la experiencia a un nivel sensorial aún más profundo.
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En Ticuchi, podrás disfrutar de una gran variedad de cócteles de autor, además de seis versiones de margaritas, varias cervezas—incluyendo sus propias versiones de las icónicas michelada y cubana—y un par de bebidas sin piquete.
También encontrarás una amplia selección de vinos—burbujas, blancos, rosados, tintos e incluso un fortificado—, una modesta variedad de vermut, y una cuidada oferta de espirituosos.
Sin embargo, lo que realmente destaca es su robusta selección de destilados de agave provenientes de Oaxaca, Durango, Puebla, Sonora y Jalisco, y, como no, distintas opciones de sal para acompañar.
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Si bien Ticuchi es un bar, la comida juega un papel igualmente fundamental, convirtiéndose en una parte esencial de la experiencia.
Por lo que te recomendamos pedir las palomitas espolvoreadas con sal de gusano y totomoxtle o el quesillo con nibs de cacao y aceite de oliva para picar.
El legendario tamal de esquites, la rica pescadilla al comal, la tradicional memela con chile poblano y papitas rostizadas o la tostada de ceviche de pulpo con mayonesa de chile serrano son algunas opciones destacadas para acompañar tus drinks.
Para quienes disfrutan compartir, la tlayuda con encacahuatado, vegetales en escabeche y aceitunas o los elotitos con vinagreta de limón y espolvoreados con aleppo pepper, son ideales para disfrutar entre amigos.
Para terminar, el plátano macho servido con piloncillo, crema, queso y cacao o el sándwich helado de queso, frutos rojos y almendra, son perfectos para un dulce final.