La cocina de Oaxaca es una de las consentidas de México: delicias como el mole negro o las tlayudas provocan antojo sólo de imaginarlas. Pero a la par de la tradición, surgen propuestas de jóvenes a los que hay que seguirles la pista, como Alam Méndez , chef de Pasillo de Humo.
“Hay mucho por conocer de la cocina oaxaqueña . Se dice que hay siete moles , pero yo diría que hay cientos”, explica Alam , quien se ha propuesto traer recetas originales de su tierra a la CDMX y sugerir ideas como la de maridarlas con tequila de alta gama.
“Queremos traer nuevas ideas, que este sea un espacio abierto donde se honren las recetas de nuestros antepasados y experimentar con la cocina mexicana , que siempre está en constante movimiento” comentó Méndez .
Alam
trabajó con Odett Cruz , mixóloga de Baltra , para idear cocteles con tequila Patrón que complementaran los sabores de Oaxaca . El tamalito de amarillo se maridó con un coctel hecho con tequila blanco, limón, chile ancho y epazote; la coliflor rostizada en encacahuatado, con una bebida de jugo de naranja y tequila añejo; y la terrina de conejo en mole almendrado con una horchata con tequila blanco.
Alam
lo sabe: Pasillo de Humo es una embajada de la gastronomía de Oaxaca y un laboratorio de propuestas. Esta experiencia, con tequila, es uno de varios experimentos que acompañarán a las tlayudas , al maíz nixtamalizado en casa y a los chiles endémicos.
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