Dicen que, cuando florean los mezquitales, es porque ya están listos los escamoles para ser recolectados. Ya estamos en temporada en donde los insectos son el festín gastronómico de los mexicanos. Ya sea asados, en una salsa, dentro de una gordita, en un buen taco y hasta capeados, la diversidad de estos bichitos reinará en nuestro paladar por algunos meses.
La mayoría proviene de Durango. Son de textura crocante. Buenos para salsas martajadas con mezcal.
En donde hay agave pulquero, ahí estarán. Asados para tacos o en la salsa borracha para la barbacoa.
A estos amigos los encontramos únicamente en Zapotitlán Salinas, Puebla. Ricos en tacos y salsas.
Se esconden en la penca del agave pulquero. Se fríen en manteca con epazote para taquear.
Habitan en los mezquites. Su sabor es pronunciado. Es común encontrarlos asados para tacos.
Camarón de río que puedes comer como botana con limón y sal o, bien, en un taco con cilantro.