En su columna P.D. Tengo Hambre, Diana Féito les cuenta a los lectores de Menú sobre Supplì y Alimentari Pasticcio, dos lugares en la Ciudad de México cuyos platillos te transportarán, aunque sea por un instante, al corazón de Italia.
La pasta tiene algo de mágico. Y no, no hablo solo de la transformación de harina y agua en fideos, sino de ese poder que tiene para reconfortar el alma. Así que cuando vi la serie Chef ’s Table: Noodles, algo en mí despertó.
El primer episodio, centrado en Evan Funke, un chef que encontró su propósito amasando pasta a mano en Bolonia, me hizo querer teletransportarme a Italia... o al menos, a un buen plato de pasta. Sin pasaporte ni boleto de avión, tuve que conformarme con la Ciudad de México, que para mi fortuna, está viviendo su propio renacimiento de cocina italiana.
Primera parada: Supplì
Llegar fue una odisea. Tip de vida: no vayas un viernes de quincena a Bucareli si aprecias tu cordura. Aunque mi acompañante canceló a último minuto, la determinación me llevó a seguir adelante.
Comencé con un Campari Spritz y una ensalada de arúgula y radicchio. Un poco amarga, como mi humor en ese momento, pero mejoró cuando llegaron los supplì al telefono, croquetas de risotto rellenas de mozzarella que, aunque no cambiaron mi vida, sí fueron un abrazo crujiente en forma de comida. El plato que me conquistó fue el occhi di ricotta con pesto rosso. Pequeñas almohaditas de ricotta cubiertas de una salsa de jitomate deshidratado. Un bocado feliz. No llegué al postre porque me guardé el espacio para otra visita.
Dirección: Bucareli 69B, colonia Juárez, alcaldía Cuauhtémoc.
Horario: Martes a sábado de 14:00 a 22:00 horas y domingos 14:00 a 18:00 horas.
Costo promedio: $650.00 pesos
Segunda parada: Alimentari Pasticcio
Si bien es un lugar relativamente nuevo, tiene alma de clásico. Empecé, otra vez, con ensalada —un mix de hojas frescas con queso primo sale casero, hinojo, jitomate confitado y nueces caramelizadas —, pero lo realmente importante aquí fue la pasta. Probé dos: el rigatoni al pomodoro, que me devolvió la fe en lo simple, y la mafaldin e con pesto. Esta última, una pasta típica de Nápoles, llegó acompañada de la salsa clásica elaborada con albahaca y piñones; con trozos de ejotes y de papa. Aunque la papa estaba un poco pasada de cocción, el pesto es maravilloso.
Y es que la pasta no necesita grandes florituras para brillar, solo buen producto y una mano que la trate con respeto. En cada bocado se esconde aquella simpleza que reconforta y nos transporta, aunque sea por un momento, a esos lugares lejanos que anhelamos visitar. Y así, sin darnos cuenta, estamos celebrando su existencia. Y entre el caos de nuestra ciudad, esos bocados al dentenos hacen sentir, aunque sea por un instante, como si estuviéramos en Italia.
Dirección: Praga 33, colonia Juárez, alcaldía Cuauhtémoc.
Horario: Miércoles a sábado de 11:00 a 21:00 horas y domingo de 11:00 a 16:00 horas.
Costo promedio: $550.00 pesos
Diana Féito es periodista gastronómica, apasionada por descubrir historias. Siempre la encontrarás comiendo algo rico y compartiéndolo en sus redes.