Los restaurantes no deberían ser pet friendly, ¿o sí? Es cierto que salir a comer a ciertas zonas de la ciudad se presta para llevar una compañía cuadrúpeda, pero ¿qué hacer cuando una mesa contigua lleva CUATRO perros shibas que no paran de ladrar cada que pasa un can? La respuesta de un comensal: salir de sus casillas y gritarle a la dueña.

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Siempre he creído en la tolerancia, pero los ladridos de los cuadrúpedos interrumpieron nuestra plática una y otra vez, y el conato de pelea detuvo por completo nuestra comida. Fue incómodo, pero el pleito no pasó a mayores… La tarde comenzó aparentemente tranquila. Somos tres. Bebemos un trago mientras nos ponemos al corriente de nuestras vidas.

Crudo del día.
Crudo del día.

El calor me antoja un los demás piden cerveza y vino. La carta es minúscula, lo que facilita nuestro trabajo de elegir mientras corre la conversación. A la mesa llegan unos elotitos tiernos con salsa bagna «guau»«guau»«guau» cauda (se dice baña), anchoas y pancetta; y el crudo del día (pescado, no alguien que bebió de más un día antes) con semillas de girasol, pepino y chile.

El pescado me resulta sabroso, pero los elotes se llevan las palmas gracias a esa salsa originaria de la zona del Piamonte de la cual también aprendí su pronunciación, y descubrí que en Córdoba, Argentina, hay una fiesta nacional dedicada a ella (porque migración). Pido un albariño y en cuanto «guau»«guau»«guau» llega la copa, comienzan los problemas. No intento hacer ninguna analogía «guau»«guau»«guau» con la vida, solo sucedió, el cuarteto de “lomitos” irrumpe la serenidad. Lo intentamos ignorar…

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GARGANELLI
GARGANELLI

Aquí se viene a comer pasta y hay seis estilos: garganelli, tagliatelle, spaghetti, gnochetti, caramelle y fiorette (si tuviera espacio le haría dibujitos). Y como una sabía mujer alguna vez dijo: “prefiero comer pasta que ser talla cero” Sofía Lauren; pido la garganelli con hongos, nuez de la india y ricotta salada, con un ligero baño de parmesano «guau»«guau»«guau». Se nota su hechura en casa, está al dente, es cremosita y deliciosa. Lo único que no marida bien son los agudos ladridos y los gritos del comensal que difícilmente podemos ignorar.

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Después de la cuasi pelea, robo un poco «guau»«guau»«guau» de pasta de mis acompañantes quienes ordenaron tagliatelle con cangrejo, bagna cauda y cebollín, y gnochetti con ragú blanco, chile de agua e hinojo. Distintas y sabrosas. La única recomendación que le podría hacer es pedir media orden y ordenar un plato fuerte como el pato con lentejas y tocino, la pesca del día con beurre blanc, brocolini y salsa verde, y el sirloin con chayote, chimichurri y jus.

GNOCHETTI
GNOCHETTI

Para contrarrestar la amargura del ambiente, pedimos un par de postres: la tarta de avellana con budino de chocolate y helado de frangelico (regresamos al Piamonte), y la torta al formaggio con fresas, macadamia y helado de manzanilla. Esta última y un sorbo de café me dieron ese apapacho necesario.

Mi experiencia fue mermada por una dueña irresponsable, y yo se lo quise expresar a través de ladridos mudos en ese texto. Usted qué opina, ¿cree que debería de haber un “máximo de perros” por persona?, ¿acostumbra salir con su “perrijo” a comer? ¿o simplemente evita estos locales? Yo sí salgo a comer con mi perro, pero gracias a su espíritu inquieto, elijo muy bien a dónde la llevo.

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torta al formaggio
torta al formaggio

Galea

Dirección: Sinaloa 67, Col. Roma

Teléfono: 55 2897 2279

Horario: mar.- sáb. 14:00 a 17:30 hrs. 18:30 a 22:30 hrs. y dom. 14:00 a 19:00 hrs.

Cheque promedio: $800.00 pesos

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