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Cocinar de manera variada no siempre es sencillo. Seguro alguna vez te ha pasado que no se te ocurre nada para preparar. En esos casos la carne molida puede sacarte del apuro. Debido a su versatilidad puedes hacer hamburguesas, picadillo, rollo de carne y hasta pasta. Pero antes de poner manos a la obra verifica que se encuentre en buen estado.
La carne es una gran fuente de proteínas, ayuda a formar glóbulos rojos, a darle mantenimiento al sistema nervioso central, a protegernos contra el daño oxidativo, a la cicatrización de la piel y a crear hemoglobina, tal como señala la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.
Sin embargo, la carne en mal estado es un importante riesgo para la salud, por lo que vamos a decirte cuáles son las señales de alarma.
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3 señales de que la carne molida está echada a perder
Como seguro debes saber, cuando se trata de mantener los alimentos perecederos por más tiempo, la refrigeración es la mejor opción. Pero incluso haciendo eso se corre el riesgo de descomposición, y con la carne hay que tener especial cuidado, tal como explica el portal Enséñame de ciencia.
Y es que la carne roja atrae rápidamente a moscas que, además de contar con una gran cantidad de bacterias y patógenos en su cuerpo, depositan sus huevos en ella. Por si fuera poco, se descompone rápidamente a temperatura ambiente.
Ante ello es importante congelarla en caso de que no se vaya a consumir de inmediato, además de poner atención a las siguientes señales antes de cocinarla, pues podría ya no estar en buen estado:
- Olor. Este elemento es inconfundible, ya que la carne en mal estado despide un aroma fuerte a putrefacción que se puede impregnar fácilmente en toda una habitación. Si tu carne desprende una tenue o fuerte pestilencia, lo mejor será que la tires.
- Color. La carne fresca tiene un característico color rojo brillante debido a la cantidad de sangre presente en el tejido, pero conforme pasan los días es normal que pierda esa coloración debido a la exposición a factores ambientales como la luz y el oxígeno, eso no debería preocuparte, a menos que encuentres manchas de color verde, rojo o amarillo, pues podría tratarse de la presencia de una bacteria.
- Textura. A pesar de que la carne molida no tiene la misma textura que en trozo, lo importante en este caso es que se pueda manipular, pero si se siente viscosa o pegajosa, lo mejor será que no la consumas.
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Peligros de comer carne en mal estado
Si detectas alguna de las señales anteriores que indican que la carne ya no está en las mejores condiciones no lo tomes a la ligera, los riesgos son altos.
Aunque creas que solo una parte de la carne está contaminada, y que al cocinarla desaparecerán las bacterias, lo cierto es que comerla es un riesgo importante.
El peligro principal de comer carne molida echada a perder es contraer enfermedades infecciosas o intoxicaciones alimentarias que pueden manifestarse a través de malestar estomacal como diarrea, vómitos, fiebre y dolores abdominales. Pero, en casos más graves, puede llevar a la muerte.
Y es que la carne en mal estado puede provocar salmonelosis, botulismo y otras enfermedades transmitidas por alimentos que pueden ocasionar complicaciones más graves, como la meningitis (inflamación de los tejidos que rodean el cerebro y la médula espinal) y septicemia (presencia de bacterias en la sangre), además de generar daños en el hígado, riñón o tracto gastrointestinal.
De ahí la importancia de cocinarla bien y comprobar que esté en condiciones adecuadas de consumo.
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