Una vez más ha arrancado la temporada de los famosos chiles en nogada , un platillo de origen poblano que suele hacer su aparición desde julio hasta principios de septiembre
Además de los chiles clásicos (con o sin capeado), cada año podemos encontrar propuestas diferentes inspiradas en este platillo como helado, torta o sushi de chile en nogada.
Este año el platillo se vuelve a reinventar y toma forma de hamburguesa y cemita (otro clásico de la cocina poblana). Las originales creaciones son obra del restaurante Fonda de Santa Clara.
"La idea de la cemita y hamburguesa fue de Rubén Araujo Jr. para darle un nuevo cambio a la fonda, ya que con esta pandemia tenemos que dar más, para atraer más gente, más turismo, que conozcan cosas nuevas e innovadoras", explica Teresa Moreno, cocinera de Fonda de Santa Clara. "Es un manjar de sabor que no se puede dejar de probar, al principio es un poco extraño pero sin duda son un explosión de sabores". añade.
Si bien las hamburguesas y cemitas son platillos sencillos y rápidos de hacer, sus versiones de chile en nogada toman tiempo y dedicación ya que, para hacerlas, se utilizan los mismos ingredientes de los chiles en nogada: frutas, carne, nogada. De igual manera, se buscó respetar la esencia del platillo tradicional. "La idea no es quitarle el mérito al chile en nogada, ese siempre va a ser el chile en nogada, ya que muchos de nosotros lo conocemos, conocemos sus sabores y los ingredientes que llevan", comentó Teresa.
Para su elaboración se unta el bollo de hamburguesa con mermeladas de manzana y durazno, para después colocarse carne de res y cerdo y bañarla con la nogada. Por último, se colocan tiras de chile poblano capeadas, un poco más nogada y, finalmente, coronarla con perejil y granos de granada.
El proceso de elaboración de la cemita es similar al de la hamburguesa y también incluye los ingredientes originales de las cemitas como milanesa, pata de res, jamón, queso y aguacate.
El origen de la receta se remonta a 1821. La versión más popular señala que las monjas del convento de Santa Mónica, en Puebla, crearon el platillo para el cumpleaños del general Agustín de Iturbide, el 28 de agosto.
La idea era que el platillo luciera los colores de la bandera del Ejército Trigarante, encabezado por Iturbide: verde (chile), blanco (nogada y rojo (granada). Para lograrlo, hicieron uso de ingredientes de temporada en la región como durazno criollo, manzana panochera, nuez, y chiles poblanos.
*Con información de EFE
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