Te has preguntado qué tienen en común tu ex y las cebollas. Pues que ambos, al cortarlos, te hicieron llorar. Tu ex, quizá por amor o desamor, mientras que la cebolla por una molécula en particular.
Se trata de trans-(+)-S-(1-propenil)-L-cisteina un sulfóxido que se encuentra en esta hortaliza que hace reacción cuando deslizamos el cuchillo para sacar rebanadas o cuadritos.
Al momento de cortarla, sus células se separan y en ese momento una enzima, conocida como alinasa, hace reacción con otro componente que posee la cebolla, provocando, literal, una reacción química que produce irritabilidad en los ojos , como si se tratará de un gas lacrimógeno, así lo definen en un artículo publicado en 2007 por la revista ACS Chemical Biology
De acuerdo con expertos, esta reacción es provocada como un mecanismo de defensa del propio vegetal hacia agentes extraños como los animales o el ser humano , sin embargo, el hombre ha logrado soportar esta picazón y llanto en aras del sabor.
Pero no todo está perdido para quienes aún no lo consigue evitar derramar algunas lágrimas al partirla. Se ha comprobado que se reduce este efecto si se corta la cebolla sobre una corriente de agua o colocando un vaporizador para dispersar el olor y los químicos, y así, evitar llorar.
Para terminar, la cebolla nos hace llorar, pero es quizá lo único negativo que tiene porque posee propiedades medicinales y nutritivas. Es rica en minerales y oligoelementos, además destacan sus propiedades diuréticas y antisépticas y favorece la digestión.