El pepino es una de las hortalizas más cosechadas alrededor del mundo. Se compone de 90% agua, fibra y potasio, lo que lo convierte en una alternativa para mantenerse hidratado durante épocas de calor.
Nuestro país cuenta con varios productores de este alimento, como Sinaloa y Colima, razón por la que se ha vuelto un favorito en la dieta de los mexicanos. Principalmente se consume en botanas, agua fresca, ensaladas o postres.
Si bien tiene múltiples beneficios para el organismo, consumirlo en exceso o ser sensible a sus componentes puede ocasionar problemas de salud. En Menú te decimos quiénes deben tener cuidado.
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Antes de enlistar las contradicciones del pepino, es necesario señalar sus bondades. Dicha fruta aporta electrolitos, los cuales regulan el sodio en los riñones, estabilizan el ritmo cardíaco y disminuyen enfermedades del corazón.
También tiene propiedades antiinflamatorias. Y es que el ácido ascórbico y cafeico del alimento alivia la hinchazón en el cuerpo, disminuye las rojeces del rostro y calma los efectos de la dermatitis, explica la Procuraduría Federal del Consumidor.
Además, la vitamina K y D presente en la hortaliza mantiene nuestro sistema óseo en óptimas condiciones, reduciendo las probabilidades de sufrir una fractura y equilibrando los niveles de calcio.
Finalmente, el pepino es fuente de antioxidantes que protegen el sistema inmunológico, aumentan la producción de colágeno, favorecen la cicatrización de la piel y mejoran la vista.
Aunque el pepino es nutritivo, vale la pena considerar estas recomendaciones para evitar sus efectos negativos en el organismo. Por ejemplo, las personas que se encuentran en tratamientos anticoagulantes deben moderar su ingesta por los altos niveles de vitamina K.
Por otro lado, su consumo en grandes cantidades puede ocasionar un desequilibrio electrolítico, provocando síntomas como mareos, debilidad o náuseas. Además, el exceso de fibra genera trastornos digestivos, entre ellos, evacuaciones constantes, gases e inflamación estomacal.
Si eres amante dicha fruta, te recomendamos supervisar las porciones al día, especialmente si padeces problemas renales. Asimismo, procura retirar las semillas y cáscara, que en ocasiones resultan amargas.
Recuerda que todo en exceso es dañino para el cuerpo. Balancea tu dieta y consulta con un especialista si sospechas que tus alimentos te ocasionan problemas de salud.
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