Apreciada por muchos gracias a sus bondades en la gastronomía, la cúrcuma es una especia que tenemos en la cocida para saborizar nuestros platillos, darles un toque de color y realizar el maridaje de carnes.
Los usos de este polvo amarillento, que proviene de los rizomas secos y pulverizados del turmérico (nombre alternativo de la planta), se extienden más allá de la gastronomía. Y es que una de sus principales aplicaciones las encontramos en la medicina tradicional.
Se consume en infusiones acompañadas con jengibre y limón. Pero poco se habla de los riesgos de ingerir cúrcuma, por ejemplo, ¿sabías que no es compatible con todos los organismos? Aquí te explicamos más sobre el tema.
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¿Qué contraindicaciones tiene la cúrcuma?
Hasta este punto, numerosas instituciones han estudiado los beneficios de la cúrcuma en el cuerpo. Se sabe que sus propiedades antiinflamatorias disminuyen los síntomas de la artritis; por sus efectos antioxidantes protege al corazón; y sus cualidades digestivas contribuyen al tratamiento del intestino irritable.
Sin embargo, también se sabe que el exceso de curcumina puede ocasionar ciertos malestares. Al respecto, el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos detalla que el principal efecto secundario de consumir dicha especie es la aparición de molestias digestivas.
Por ello, las personas que sufren de enfermedades gastrointestinales (diarrea crónica, reflujo, gastritis y úlceras estomacales) no deberían comerla. En caso de hacerlo, podrían sufrir irritación en el estómago, náuseas y vómitos.
Asimismo, la cúrcuma estimula la menstruación, lo que supone un peligro para las mujeres embarazadas. Además, dificulta la absorción de hierro, que podría hacerlas sentir con fatiga, mareos y aturdimiento durante el estado de gestación.
Por lo anterior, tampoco se recomienda su consumo en pacientes con déficit de hierro o anemia. Para estas personas, será necesario consultar a un especialista para saber si su cuerpo puede adaptarse a la curcumina.
¿Eres de piel delicada? Ten cuidado con consumir cúrcuma, ya que incrementa la sensibilidad en la dermis y esto podría hacerte propenso a sufrir quemaduras solares. De igual manera, si sufres alguna lesión de este tipo, no te la pongas porque podrías entorpecer el proceso de cicatrización.
¿Cómo saber si me hace mal la cúrcuma?
De acuerdo con el portal News Medical Today, el cuadro más evidente en que está contraindicado el consumo de cúrcuma es si se sufre de intolerancia. Aunque no es tan grave como otros alimentos, una alergia podría generar efectos que deberán ser atendidos por un especialista.
La intolerancia se manifiesta con síntomas como sarpullido, dificultad para respirar, inflamación, comezón en la garganta, irritación en la nariz y vómitos. Desde luego, esto sólo ocurre al ingerir dosis altas.
¿Qué cantidad de cúrcuma se puede comer?
Tal como lo indica el sitio especializado News Medical Today, se considera seguro ingerir cerca de 400 a 600 mg de polvo al día, lo equivalente a una pequeña cucharada. Con esto será suficiente para aprovechar sus beneficios si no se sufre de intolerancia.
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