El brócoli, al igual que muchas verduras, no es compatible con todos los estilos de vida y planes alimenticios. Aunque parezca ilógico, existe un determinado grupo de personas que deben moderar su ingesta por razones de salud.
De nombre brassica oleracea, este vegetal pertenece a la familia de las crucíferas -junto con la coliflor y el repollo- tiene un aroma, sabor y esencia particular. Por muchos años se han estudiado sus beneficios, pero ¿qué podemos decir sobre sus contraindicaciones? En Menú resolvemos tu duda.
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Procedente de la región mediterránea oriental, el brócoli se introdujo en América en el siglo XVII. De acuerdo con el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo del Conacyt, en promedio una persona consume alrededor de 1 kg por año.
Conocido como brécol o bróculi, es fuente importante de calcio, hierro, potasio y selenio, además de vitamina C, K y Complejo B (B1, B2 y B6). Se constituye de los tallos, raíces y floretes, que son los que compramos en el mercado para cocinar.
¿Te habías preguntado por qué lo comemos cocido? Prepararlo al vapor durante cinco a siete minutos permite mantener su sabor, así como sus compuestos bioactivos y nutrientes, además que resulta delicioso por sí solo o bañado con aderezo.
En los floretes encontramos la mayor parte de antioxidantes, que ayudan a desintoxicar el organismo; minerales que protegen los huesos; zeaxantina y betacaroteno que cuidan la vista; y fibra natural que combate el estreñimiento y mejora la digestión.
Si bien este superalimento reduce la inflamación, controla el azúcar en la sangre, refuerza la inmunidad y promueve la salud del corazón, no todos pueden beneficiarse de su consumo.
Tal como lo refiere la AARP, existe un grupo de personas que no toleran el sabor del brócoli. En él encontramos a niños que suelen poner resistencia para tragarlo… aunque los adultos también lo hacen de lado en sus platillos.
Los individuos que sufren de inflamación abdominal al comer tienen que moderar la ingesta de dicho vegetal porque produce flatulencias y gases intestinales que empeoran el problema.
De igual manera, ya que aporta un volumen amplio de fibra, las personas que padecen síndrome del intestino irritable o afecciones en el colon deben evitar el brócoli, pues podría ocasionar evacuaciones constantes y anormales.
Finalmente, si estás buscando aumentar de peso, comer esta crucífera no es la mejor idea. Al ser baja en calorías, se cree que su consumo regular podría estar asociado con el adelgazamiento.
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