Sí, México también es tierra de vinos espumosos … Lo digo antes de abrir la temporada de nacionalismo coyuntural, dedicada a exaltar una y otra vez el valor del producto local.
Al pensar en diversidad como uno de los mayores distintivos de la viticultura mexicana (a mí juicio, claro está), conviene hacer un paréntesis y destacar el interesante momento que viven los espumantes elaborados en casa. Ojo, no hablo de cantidad de propuestas, que por mucho siguen siendo reducidas, sino de calidad en las mismas.
El tema volvió a surgir hace algunas semanas, conversando con un par de amigos sommeliers; después de debatir sobre Prosecco y Cava (respecto a nuestros gustos personales más allá de diferencias técnicas y sensoriales) se me ocurrió mencionar los vinos de Espuma de Piedra , que lanzara Hugo D’Acosta en 2012. “Es cierto Carlos, son fuera de serie: refrescantes, secos, perfectamente equilibrados, de excelente acidez …”, respondió uno de ellos. La gran incógnita nació al cuestionarnos si, más allá de proyectos aislados, es posible hablar de grandes espumosos mexicanos.
Desde hace algunos meses empecé a frecuentar diferentes viñedos de Querétaro , región clave al tratar el tema en cuestión. La necesidad de reivindicación y, más importante aún, de diferenciación con respecto a otras zonas productoras del País, llevó a las bodegas locales a buscar nuevos horizontes; hoy, lejos de ser ejemplares afrutados y en extremo dulces (perfil asociado erróneamente al paladar mexicano), los espumantes queretanos están capturando la atención de propios y extraños.
Entendimiento profundo del territorio y gran respeto por los procesos tradicionales, sin dejar de lado la especialización técnica, han marcado el camino. ¿Ejemplos concretos?, vale la pena mencionar el trabajo que viene haciendo Finca Sala Vivé desde hace algunos años, particularmente con su Gama Viña Doña Dolores (empiece probando usted el Brut Nature Chardonnay , método tradicional con crianza de 18 a 24 meses), cuyos ejemplares siguen sumando influyentes reconocimientos de la industria internacional. Del lado más moderno es posible mencionar etiquetas como Espuma Rosé de Vinaltura , San Juanito Brut Colonial Rosé, Impulso de Bodegas Vaivén, Palomas de Cava 57 y los Decote Espumoso Blanco y Rosado, con buena expresión, perfecto balance alcohólico y dulzor controlado.
Concluyo pues, querido lector, afirmando que los espumosos son uno de los secretos mejor guardados de la vitivinicultura nacional. ¿Qué puede esperar de ellos?, sin lugar a duda consistencia, excelente relación precio-calidad, estilos para todos los gustos y gran capacidad de maridaje.
$300
Vid Mexicana
CHARDONNAY BRUT NATURE
Chardonnay
Zona de producción: Ezequiel Montes, Querétaro
Vista: amarillo paja con destellos dorados, burbuja fina y delicada
Nariz: aromas de piña madura, manzana y pera, con un fondo de pan horneado, levadura y caramelo rubio
Boca: fresco, elegante, con acidez vibrante y efervescencia agradable. Dominantes notas de piña, cítricos y lácteos