Cuando hablamos de maridaje para carnes rojas, lo recomendable es acompañar a kis cortes magros (sin o poca grasa) se acompañen con vinos de acidez y tanicidad balanceada, no tan intensos y de complejidad moderada como pueden ser vinos tintos jóvenes o de intensidad media como un merlot o un syrah. Sin embargo, otra opción excelente para maridar sería un blanco de intensidad mediana que tenga estructura, la cual se obtiene de la barrica como lo podría ser un Chardonnay .
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En cuanto a un buen maridaje para el corte de carne roja, conforme se encuentre mayor cantidad de grasa en el corte, en especial un corte Rib Eye, se recomienda vinos potentes, de mayor estructura y complejidad; para que tengas una experiencia única y exquisita en tu paladar. Para esstos casos las opciones son un Cabernet Sauvignon o bien, un Pinot Noir .
Una de las etiquetas que puedes encontrar fácilmente es Balero tinto, elaborado a partir de la mezcla de Cabernet Sauvignon y Merlot, ideal para acompañar tu exquisito corte de carne. En boca, muy equilibrado y larga permanencia.
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Para 2 porciones
Ingredientes
2 filetes de Rib Eye con hueso
2 cdas. de mantequilla sin sal
Termómetro de alimentos
Foto: PK / Unsplash
Procedimientos
Sazonar los filetes por ambos lados, con una o dos cucharaditas de sal. Instalar una rejilla sobre una bandeja o un plato grande, de manera que quede un espacio para atrapar los jugos que escurran. Colocar los cortes sobre la rejilla y refrigerar, descubiertos, durante toda la noche o durante un máximo de 36 horas.
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Acomodar un asador para tener dos zonas de cocción y calentar a fuego medio. Retirar la carne del refrigerador. Debe estar seca por fuera; si queda algún rastro de humedad, secar con papel de cocina. No agregar sal adicional.
Colocar los cortes en la parrilla del asador, sobre la zona de calor indirecto, tan lejos del fuego como sea posible, y cerrar la tapa.
Voltear la carne hasta que alcance una temperatura interna de 41 °C. Retirar de la parrilla, cubrir con papel de aluminio y dejar reposar en una charola.
Mientras tanto, aumentar la temperatura del carbón. Para lograrlo, se pueden utilizar placas o parrillas especiales de aluminio anodizado, diseñadas para obtener hasta 90 °C más de calor que una parrilla convencional. Si se utiliza una herramienta de este tipo, colocar sobre los carbones y dejar calentar durante 10 o 15 minutos.
Es importante que la parrilla esté tan caliente como sea posible; lo suficiente para que solo sea posible sostener la mano sobre el calor durante dos o tres segundos.
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Colocar los cortes de carne directamente sobre las brasas y esperar de 60 a 90 segundos, voltear y cocinar por otros 60 o 90 segundos.
Finalmente, colocar el lado más estrecho del corte con la capa de grasa sobre las brasas durante un minuto. Si aún no obtienes el nivel de carbonizado que buscas, puedes cocinar cada lado por otros 30 segundos.
Rebanar y servir con sal de mar y una cucharada de mantequilla.
Acompaña de una copa de vino tinto