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La sandía es una de las frutas consentidas de la población mexicana, especialmente durante la época de verano que ya se acerca. Según estimaciones de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, se consumen aproximadamente 4.6 kilogramos per cápita de sandía al año.
Gracias a su sabor dulce y fresco, esta fruta puede disfrutarse como refrigerio en los días de calor, ya sea por sí sola o combinada en una deliciosa ensalada; pero ¿qué sucede si la comes como parte de tu alimentación diaria? ¿Qué efectos tiene en tu salud? Si quieres saberlo, aquí te decimos qué pasa.
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Ayuda a hidratarte
De acuerdo con el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), una rebanada de 100 gramos de sandía contiene un 91.4 por ciento de agua.
Sus efectos hidratantes son esenciales para el buen funcionamiento del organismo, ya que regulan la temperatura corporal, mantienen las articulaciones lubricadas, llevan nutrientes hacia las células, mejoran la calidad del sueño, estimulan la actividad cognitiva y levantan tu ánimo, indica la Escuela de Salud Pública de Harvard.
Además, el agua elimina los desechos de la sangre a través de la orina, controla los niveles de sodio en el cuerpo y evita infecciones en la piel, agrega la Cátedra Internacional de Estudios Avanzados en Hidratación. Integra la sandía a tu dieta diaria y disfruta de estos beneficios.
Te aporta antioxidantes
Aparte de su alto contenido en agua, la sandía posee una gran variedad de sustancias antioxidantes como vitamina A, vitamina C, carotenoides, cucurbitacina E y licopeno.
Este último compuesto demostró un efecto inhibidor en varias formas de cáncer en el tracto digestivo; por ejemplo, el cáncer de boca, en la faringe, laringe o esófago, menciona un estudio publicado en Experimental and Clinical Sciences.
El resto de los antioxidantes reducen la gravedad del asma, la inflamación crónica y disminuyen el riesgo de padecer enfermedades como artritis reumatoide, diabetes, obesidad, Alzheimer, Parkinson, lupus, periodontitis, cáncer de colón y de próstata, señala la División de Agricultura de la Universidad de Arkansas.
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Previenes padecimientos cardíacos
Los antioxidantes no solo evitan el desarrollo de ciertos tipos de cáncer, sino que cuidan tu salud cardiovascular. Experimental and Clinical Sciences concluyó que el licopeno disminuye la presencia de colesterol LDL (malo) en la sangre, previniendo complicaciones como la aterosclerosis, cardiopatías isquémicas o enfermedades coronarias.
Por su parte, la revista médica Menopause demostró que la sandía baja la presión arterial y la rigidez de las paredes de los vasos sanguíneos, dos factores de riesgo de padecimientos cardiovasculares.
Asimismo, la sandía contiene citrulina, una sustancia que se encuentra en la corteza blanca de esta fruta . A su vez, este compuesto estimula la producción de óxido nítrico, dilatando los vasos sanguíneos y facilitando el flujo de la sangre, afirma UCAM Salud.
Evitas problemas oculares
La degeneración macular relacionada con la edad es un padecimiento que destruye la visión central y dificulta la percepción de detalles en las imágenes, tanto cercanas como lejanas, determina el Instituto Nacional del Ojo de los Estados Unidos. De esta manera, impide actividades cotidianas como leer, manejar o reconocer rostros.
Por lo general, esta condición afecta a las personas de edad avanzada; sin embargo, puede evitarse con el consumo de alimentos ricos en vitamina A y licopeno. La sandía posee ambos nutrientes, así es que útil como tratamiento natural complementario y de prevención de esta enfermedad.
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¿Es malo comerse las semillas de la sandía?
Si dejas de lado las semillas cada vez que comes sandía por miedo a enfermarte, es importante que sepas que son inofensivas para tu salud. El blog especializado Livestrong asegura que las semillas de la sandía son tan buenas para tu organismo como la pulpa de esta fruta tropical, ya que son ricas en magnesio, hierro, zinc y manganeso.
Del mismo modo, contienen licopeno, vitaminas B, proteínas, grasas monoinsaturadas, poliinsaturadas y ácidos grasos Omega-6, añade la Universidad Estatal de Pensilvania.
Gracias a estos nutrientes, las semillas de sandía mejoran el funcionamiento del sistema nervioso, así como de los músculos, estimulan el sistema inmunológico, favorecen el crecimiento de las células, reducen el colesterol malo y te protegen de ataques cardíacos, menciona el sitio web de medicina Healthline.
Si quieres disfrutarlas al máximo, sécalas o rostízalas en el horno antes de comerlas, sugiere Livestrong. Después ponlas en tus ensaladas, yogur, avena o granola.
Aprovecha cada parte de esta fruta e incorpórala a tu dieta diaria pero con moderación. La ingesta excesiva de este alimento podría subirte la glucosa debido a su alto contenido en azúcar; también podría causarte molestias digestivas como hinchazón, gases, diarrea o estreñimiento; para evitarte estos problemas, limita tus porciones a una taza de sandía picada al día o una rebanada.