El ajo es una de las especies más valoradas en la cocina y en la medicina tradicional. Las antiguas civilizaciones aprovechaban sus propiedades para elaborar remedios caseros y aliviar malestares en el cuerpo.
Procedente de Asia, Europa y el Mediterráneo, reconocerlo en diversas preparaciones es sumamente sencillo, ya que destaca por su sabor picante y hedor. Dichas cualidades lo convierten en el alimento ideal para tratar infecciones intestinales o respiratorias.
También es posible encontrarlo en productos para tratar problemas de la piel, como sarna, roña y picaduras de insectos. O en tratamientos cosméticos, por ejemplo, esmaltes de uñas y jabones.
De acuerdo con la Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana, la mejor manera de aprovechar el ajo es a través de su pulpa. De hecho, especialistas recomiendan ingerirlo crudo en ayunas.
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El ajo posee un alto valor nutritivo, pues es fuente natural de vitamina C, B6 y manganeso. Pertenece a la familia Liliaceae y aporta compuestos azufrados, alicina y aminoácidos esenciales para la salud del organismo.
Por muchos años, la especie ha demostrado tener propiedades antibióticas, antisépticas y antimicóticas, es decir que elimina la presencia de bacterias, hongos y otros parásitos en el organismo.
Por otra parte, comer ajo en ayunas combate el estreñimiento. Ello puede ser una gran ventaja para las personas que despiertan con el vientre abultado o aquellas con metabolismo perezoso, según la Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana.
A largo plazo, este delicioso alimento disminuye los síntomas del reumatismo, previene dolores de la espalda, reduce los signos de la anemia, el mal de orín y las varices. Mientras que para el insomnio, mejora el descanso y tranquiliza el sistema nervioso central.
Antes del desayuno, se recomienda comer un diente de ajo crudo para controlar el azúcar, los triglicéridos, el colesterol y la presión arterial. Dado que su sabor es penetrante, puede mezclarse con otros alimentos, como el limón, miel o aceite de oliva.
Si te resulta imposible tolerar el olor, prueba con pulverizar el ajo o cortarlo en pequeños trozos para ingerirlo a cucharadas. Este consejo te ayudará deglutir y aprovechar todos sus beneficios.
Vale la pena mencionar que el ajo tiene algunas contraindicaciones y no deben tomarse a la ligera. Según la revista de salud Elsevier, las personas hipersensibles a la alicina deben moderar su consumo para evitar reacciones y alergias.
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