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Cosechar tu propia ensalada es recomfortante, además de que la jardinería es una actividad que elimina el estrés, cuando cultivas tus propios alimentos aseguras máximos nutrientes y sabores potentes.
Lechuga
Se da todo el año. Antes de utilizar una maceta, la semilla se cuida en una charola de germinación,o vasitos de yogurt. En esta etapa, el agua se debe rociar a manera de spray para que la semilla no se hunda en la tierra. Cuando crece la plántula, está lista para ir a la maceta. Verifica que la luz sea directa y constante así como tener tierra húmeda pero sin encharcamientos. A las cinco semanas de haber sembrado la semillas tendrás lechugas listas para su cosecha. Esto mismo lo puedes hacer para cultivar acelgas y espinacas.
Foto: Pexels
Jitomate
Puedes sustraer las semillas del jitomate o tomate que compraste en el mercado. O bien, adquirirlas en sobre. Al igual que la lechuga, se colocan primero en un vasito de yogurt. A la semana tendrás plántulas, de raíz muy delicada. Hay que darles seguimiento y un riego con aspersor para no dañarlas. Cuando veas que presenta más de cuatro hojas verdes es momento de pasarla a una maceta, de preferencia una rectangular y pegada a la pared ya que el jitomate crecerá como enredadera y la puedes ir guiando con palitos de madera o con trazos de hilo clavados en la pared.
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Cilantro
Así lo tendrás todo el tiempo para tus salsas y guisados. Cuando está recién cosechado su sabor es más potente.Las semillas de cilantro se colocan directo en la maceta. Se ahueca la tierra con el dedo y en ellos se depositan las semillas, de tres en tres. Se tapan con tierra sin apretar y se hidrata la superficie con ayuda de un aspersor.
Foto: Pixabay
Para tener en cuenta:
Procura que la tierra tenga los suficientes nutrientes para que tu cosecha sea óptima y saludable, pregunta en las tiendas de jardinería por abonos orgánicos.