Wasabi es como se le conoce un condimento de la cocina japonesa que se obtiene rallando la raíz de la planta que lleva el mismo nombre.
Perteneciente a la familia de las brasicáceas, la planta de wasabi crece al margen de las aguas de los ríos de Japón, China, Taiwán, Corea y Nueva Zelanda.
Debido a sus múltiples cuidados especiales, algunos expertos afirman que el wasabi es la planta más difícil de cultivar, razón por la que se convierte en una raíz muy costosa, incluso en Japón.
Claro que el wasabi no llega a tu mesa en forma de planta, comúnmente lo identificarás como una pasta verde, o un polvo para diluir en agua.
También conocido como “mostaza japonesa”, el wasabi se ha convertido en un condimento vital en la cocina asiática gracias a su particular color verde, aroma intenso y sabor picante que realza sushi, arroces y pescado crudo.
La raíz de wasabi como tal no es picante, después de rallarla en movimientos circulares hacia las agujas del reloj y formar esta pasta verde, es cuando se liberan vapores calientes que le dan ese inigualable sabor al wasabi fresco.
Incluso puedes aprovechar el wasabi en aderezos para ensaladas, cremas de vegetales y acompañamiento de proteínas como pollo.
Sin embargo debes tomar en cuenta que la pasta de wasabi pierde su fuerza en sabor después de quince a veinte minutos, por eso es importante servirse fresco y de inmediato después de rallar.
Independientemente a su uso culinario, el wasabi ayuda a mejorar la salud gracias a sus distintas propiedades: refuerzan el sistema inmunológico, despejan las vías respiratorias, previene infecciones, tienen un efecto antioxidante e inflamatorio.