La manzanilla es una planta que puede alcanzar hasta los 60 centímetros de altura, es una de la hierbas más conocidas por la cantidad de propiedades curativas que tiene, suele consumirse como infusión, aunque también es utilizada en cremas e incluso lociones.
Se estima que el uso de esta afamada hierba se remonta al antiguo Egipto en donde la utilizaban para curar fiebres, también llegó a ser muy popular entre los curanderos y médicos de la Antigua Grecia y en el Imperio Romano.
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La manzanilla ayuda a calmar los nervios y funciona como relajante, pues aumenta los niveles de serotonina y melatonina que ayudan a reducir la ansiedad y estrés. También es utilizado para combatir problemas como el insomnio, pues contiene apigenina, un antioxidante que se necesita para promover la somnolencia al calmar al sistema nervioso.
Esta planta además contiene propiedades antiespasmódicas y antiinflamatorias que ayudan a calmar los achaques provocados por la menstruación como la hinchazón, calambres, ansiedad, sudoración y los bruscos cambios de humor que se dan durante esa época del mes.
La manzanilla también tiene aplicaciones cosméticas, pues algunas personas, utilizan la infusión para aclarar el tono del cabello de manera natural pues funciona como “potenciador” del color, además esta hierba se agrega a algunos productos por las propiedades tónicas que tiene, pues ayuda a limpiar la piel, cerrar los poros y prepararla para la hidratación.
Por si fuera poco, el uso de la manzanilla se relaciona con diferentes trastornos digestivos, pues protege y repara la membrana gástrica al fomentar la producción de jugos gástricos. Por lo que se recomienda en los casos de indigestión, estreñimiento, cuando se tienen náuseas y vómitos.
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