Este carbón se obtiene de un proceso conocido como “activación”: el sobrecalentamiento de fuentes naturales de carbono, como la madera, generan un polvo negro y fino con amplia gama de usos medicinales y cosméticos.
La principal propiedad del carbón activado es el ser extremadamente absorbente,
esto le permite unirse a moléculas, iones o átomos, como el cuerpo no puede absorber el carbón vegetal, las toxinas unidas al carbón son finalmente desechadas del cuerpo.
El carbón activado está en todas partes y en distintas presentaciones. Se agrega a las mascarillas faciales, pastas dentales, cápsulas y en polvo con la promesa de limpiar el cuerpo de toxinas y combatir la inflamación.
Esta tendencia de "desintoxicación" se le atribuye gracias a sus propiedades similares a las de una esponja, que incluso, le permiten absorber productos químicos.
El carbón activado comenzó su historia en la medicina de emergencia para el tratamiento de sobredosis de drogas o envenenamiento accidental.
Utilizar carbón activado en estas situaciones, permite unirse a las sustancias nocivas, evitando que se absorban en el intestino y así minimizando el daño en los pacientes.
A pesar de que hasta el día de hoy no hay evidencia científica, se piensa que algunos de los beneficios del carbón activado son: reducir la hinchazón y la flatulencia, limpiar tu sistema e incluso blanquear tus dientes.