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Ginebra seca, limón amarillo, jarabe de lychee y pimienta rosa. El nombre de esta fórmula alcohólica es Yemanyá Spicy . Mientras le doy un sorbo al vaso de pequeña estatura, recuerdo una escena de la película Women on Top, protagonizada por Penélope Cruz, en la que el personaje de nombre Isabella ofrece un sacrificio a Yemanyá, la diosa yoruba del mar, para olvidar a su ex. Muerdo un grano de pimienta rosa y cambio el chick flick mental por la carta.
Una trilogía de salsas fungen como aperitivo: cacao con chile cuaresmeño, chile de árbol con mango y otra con cebolla, cada una es escoltada por sabrosas y crujientes tostadas de maíz azul de Mazolco, Puebla. De entrada, llega un plato poco atractivo al ojo, especialmente por las vértebras de pescado que fungen de decoración (fuera del plato), pero aprecio el esfuerzo por hacer algo diferente. Al probarlo, olvido la envoltura y descubro el acidito y delicioso sabor de la leche de tigre, el ligero picor del chile serrano y la dulzura del elote baby combinado con el aguacate tatemado. “Un albariño le viene bien”, me comenta el mesero y accedo al afortunado maridaje.
Las entradas calientes revelan las distintas nacionalidades que presume la carta, desde la yuca frita venezolana, el bolinho de bacalhau de Brasil, un taco de totoaba (de cultivo, no 'intenseen') al pastor y los especiados anticuchos de pulpo de Perú. Ordeno estos últimos. El molusco, asado a las brasas y bañado en salsa anticuchera de chile guajillo, reposa sobre una circunferencia de puré de frijol ayocote y es coronado con unas tiras de malanga crocante y algunas hojas de mastuerzo. La intensidad de sabores armoniza, pero hay que comer sin mucha pausa para no perder temperatura en el pulpo y humedad en el puré.
Unos tragos de cerveza mexicana de estilo witbier me ayudan a limpiar el paladar para el plato fuerte: totoaba en curry amarillo caribeño, plátano frito y arroz con coco. Mezclo el arroz con la amarillenta salsa, y robo algunos pedazos de pescado y plátano para tener todos los sabores en un bocado. El arroz le aporta textura y suaviza la espesa y exquisita salsa, y las especias invitan a terminar el plato sin convidarle a nadie.
Dos elegantes copas decoran momentáneamente la mesa. A la derecha, dos quenelles de leche con cacao y, a la izquierda, un dulce emblema, el yucoco. Este platillo es una especie de budín hecho con yuca
y coco rallado, horneado en caramelo y servido con un helado de especias y leche de coco, que sabe tan bien como suena. Su breve tamaño lo hace perfecto, pues el dulzor es intenso.
Además de la comida, el lugar en sí es una experiencia. El interiorismo está lleno de grises celosías que contrastan con el vivo verde las plantas, sillas entretejidas y una cuidada iluminación, que se extiende hasta la selección musical. Bienvenido a la Roma, Yemanyá.
Dirección: Orizaba 154, col. Roma.
Tel: 8437 4050
Instagram: @yemanyamx
Horario: lun-sáb 12-22 hrs. / dom 12-18 hrs.
Promedio: 750 pesos