Recién llegué de Croacia tuve la oportunidad de participar en la presentación del programa “Terroir Workshop de Grandes Pagos de España (GPE)”, presentado por mi querida Sandra Fernández, embajadora de Grandes Pagos de España en México, y Adolfo Hornos, enólogo de Pago de Vallegarcía.
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Por primera vez, la asociación española impartirá un programa de formación internacional presentando la cultura del terroir español como eje central, valorando la importancia de la viticultura y la vinificación de calidad junto con la influencia de las personas, la historia,
la cultura, la geografía y el clima. El tema es relevante, primero, porque México será punto de partida en paralelo con España y Estados Unidos. Segundo, porque el programa académico estará dirigido a comunicadores y profesionales del sector, pero también a entusiastas y amantes del vino.
Los grandes de España
“Carlos, ¿vinos de Pago?”. Ese es el primer paradigma a romper… La asociación Grandes Pagos de España no solo se dedica a la promoción de los vinos de pago definidos en el marco regulatorio español, ¡no!, sino a la defensa y fomento de la máxima expresión del terroir en vinos únicos y de muy alta calidad que sean capaces de reflejar fielmente el lugar de donde proceden. ¡Punto!
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De hecho, no basta con que los vinos procedan de un viñedo cuyas características físicas (composición de suelo, orientación, clones de cepas, etcétera) puedan diferenciarlo del resto. Para que una bodega pueda formar parte de la asociación GPE debe cumplir con varios requisitos: que el vino proceda de un pago excepcional, que la bodega alcance una notoriedad demostrable y al menos cinco años de prestigio en el mercado, además de altas puntuaciones en guías nacionales e internacionales.
La bodega también debe superar una inspección por parte del comité de auditoría técnica y sus vinos, destacar en una cata vertical a cargo de la junta general de la asociación.
Hoy, GPE reúne a 36 bodegas de todos los rincones de España, las cuales representan una superficie total de viñedo cercana a las 2 mil 180 hectáreas. Las cepas cultivadas son tan variadas como sorprendentes; en total 60 variedades, dominantemente Tempranillo, Syrah, Cabernet Sauvignon, Garnacha y Chardonnay, pero también Ondarrabi Zuri, Viognier, Monastrell, Graciano e incluso Maturana Tinta.
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¿Los vinos? Tuve la oportunidad de probar siete de las excepcionales etiquetas que formarán parte del programa: Astobiza, Malkoa 2016, DO Txakolí de Álava; Secastilla, La Miranda de Secastilla 2020, DO Somontano; Pago de Vallegarcía, Viognier 2020, DOP Pago de Vallegarcía; Enrique Mendoza, Finca Xaconero 2018, DO Alicante; Finca Valpiedra, Finca Valpiedra 2015, DOCa Rioja; Alonso del Yerro, Alonso del Yerro 2018, DO Ribera del Duero, y Aalto, Aalto 2019, DO Ribera del Duero.
¡Anótelo!, el “Terroir Workshop de Grandes Pagos de España” arrancará en el último trimestre del 2023, únicamente cuando los 36 exponentes asociados a GPE logren aterrizar de la mano de importadores nacionales.
*Carlos Borboa es periodista gastronómico, sommelier certificado y juez internacional de vinos y destilados.
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