Aunque a menudo se cree que las bacterias y otros microorganismos son "gérmenes dañinos”, no es así. Nuestro organismo alberga una gran comunidad bacteriana, conocida como microbiota y que se aloja en distintas áreas del cuerpo, principalmente en el tubo digestivo; estos microorganismos son imprescindibles en la preservación de la salud.
Un dato: el peso total de la microbiota es de uno a dos kilogramos.
La dieta, el ejercicio, algunos medicamentos y la terapia con antibióticos son factores que modifican a las bacterias, este desequilibrio se conoce como disbiosis y se asocia con diversas enfermedades como obesidad, síndrome metabólico, síndrome de intestino irritable , enfermedad celíaca, entre otros.
¡Equilíbrate!
Una buena salud exige una buena digestión, consume alimentos ricos en probióticos y prebióticos que permitan mantener una microbiota saludable.
Los probióticos son organismos vivos
, se encuentran en alimentos como yogurt, kéfir y en algunos quesos como mozzarella y cottage, en vegetales fermentados como pepinillos, col, kimchi, en la soya y sus derivados como el miso, tempeh o natto, así también, en bebidas como kombucha , pulque y tepache. Por otro lado, existen alimentos funcionales con probióticos , para identificarlos, revisa las etiquetas y verifica que contengan cultivos vivos y activos.
OJO:
Hay muchos tipos de probióticos y no todos actúan igual. El efecto sobre la salud depende del género, la especie y la cepa. Cualquier probiótico que no esté bajo los géneros Lactobacillus y Bifidobacterium podrían no ser seguros, se necesita más investigación antes de utilizarse.
Los prebióticos son complementos sin vida (fibra) que estimulan la proliferación de bacterias en el intestino
, es decir, los prébióticos funcionan como el alimento de los probióticos favoreciendo su reproducción. Algunos ejemplos de alimentos prebióticos son: cebolla, ajo, frijoles, lentejas, nopal, chía, avena, champiñones, manzana, frutos rojos, entre otros.
5 consejos para mejorar la salud digestiva
1.
Bebe suficiente agua natural
y evita el consumo de bebidas azucaradas.
2.
Aumenta el consumo de probióticos y prebióticos.
3.
Evita el consumo de endulzantes artificiales .
4.
Realiza por lo menos 30 minutos diarios de actividad física.
5.
¡Relájate! El estrés afecta negativamente la digestión y está relacionado con síndrome de intestino irritable, úlceras, estreñimiento y diarrea.