La es una planta que pertenece a la familia del jengibre. Históricamente se ha utilizado en la preparación de remedios caseros debido a sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.

Esta especia se puede consumir de distintas maneras, la más popular es en presentación de polvo, que se agrega como sazonador y condimento para las comidas, ensaladas e infusiones. Además, sirve como colorante natural para aderezos y quesos.

El consumo de cúrcuma ofrece muchos beneficios para la salud, aunque también tiene sus contraindicaciones y es importante no ignorarlas. Por eso, en te explicamos qué pasa si la ingieres a diario.

La cúrcuma posee múltiples propiedades curativas. Foto: Freepik
La cúrcuma posee múltiples propiedades curativas. Foto: Freepik

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¿Qué pasa si comes cúrcuma todos los días?

El consumo moderado de cúrcuma se asocia con la reducción de dolores musculares, con la preservación de la salud digestiva, el fortalecimiento del sistema inmune y hasta la prevención del envejecimiento en la piel.

No obstante, ingerir esta especia por tiempo prolongado puede traer efectos negativos. De acuerdo con el sitio especializado News Medical Today, es posible experimentar malestar e irritación estomacal debido a que estimula la producción de ácido gástrico.

Además, la curcumina puede hacer que la sangre se "adelgace" y algunas personas sufran de hemorragias constantes. Hasta la fecha, los científicos no han encontrado el motivo por el que esto ocurre, pero se le asocia con la reducción de la presión arterial y los niveles de colesterol.

Para las mujeres embarazadas tampoco se recomienda la ingesta de cúrcuma porque podría favorecer las contracciones. Otros síntomas que podrían presentar son mareos, náuseas, dolores de o diarrea.

Los efectos negativos de la cúrcuma aparecen cuando se consume en grandes cantidades. Foto: Freepik
Los efectos negativos de la cúrcuma aparecen cuando se consume en grandes cantidades. Foto: Freepik

¿Cómo consumir cúrcuma de manera segura?

La cúrcuma se puede consumir de manera segura, siempre y cuando respetes la dosis diaria de 300 a 400 mg. También existe la posibilidad de combinarla con otros ingredientes para aprovechar sus nutrientes al máximo.

Por ejemplo, intégrala en una infusión con limón y jengibre para prevenir enfermedades ocasionadas por el frío, como resfriado y tos. Incluso puedes emplearla en un shot con miel y naranja para refrescar la garganta.

Otro de los usos que se le da a a la es en la elaboración de cremas y mascarillas para mantener la piel en buenas condiciones, puesto que cuenta con propiedades antioxidantes.

Recuerda que, antes de consumir remedios caseros, debes consultar a un médico o especialista para descartar intolerancia, alergias y reacciones que pongan en peligro tu salud.


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