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Dicen que no es lo mismo los tres mosqueteros que veinte años después. Perder peso a los veinte es mucho más sencillo que en la cuarta década de vida, y esto no solo se debe a una desaceleración del metabolismo. Existen otros factores que pueden aumentar el diámetro de la cintura.
NO SOY YO ES MI METABOLISMO
Es el pretexto favorito para todos los que cumplen cuarenta y comienzan a ganar peso. La realidad es que el metabolismo sí disminuye, pero solo 5%. Después de los cuarenta, la tasa metabólica tiende a desacelerarse cinco puntos porcentuales por década, de modo que si a esa edad el organismo gasta 1,200 calorías para cumplir con funciones vitales (metabolismo basal), a los cincuenta solo gastará 1,140, y así sucesivamente, por tanto, esta no es una razón que justifique el cambio de talla .
Después de los 40 es recomendable disminuir 100 kcal en la dieta diaria.
MI PEOR ENEMIGO: EL ESTRÉS
Con los años, aumenta el nivel de responsabilidades y esto genera estrés. Someter al organismo a un constante y prolongado estrés , genera reacciones químicas que pueden provocar altos niveles de glucosa en sangre, resistencia a la insulina, presión arterial elevada, lenta digestión , agotamiento (lo que te impide hacer ejercicio), pérdida de masa muscular, almacenamiento de grasa y mayor impulso por comer.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud , México ocupa el primer lugar en estrés laboral.
SOY DE HUESOS ANCHOS
La realidad es que la densidad ósea no se refleja en el físico, tener “ huesos anchos ” refiere a las personas que por cuestiones genéticas gozan de un buen porcentaje de masa muscular. La sarcopenia (pérdida del tejido muscular), ocurre como parte natural del proceso de envejecimiento y comienza alrededor de los 40 años. El músculo es metabólicamente más activo que la grasa, lo que significa que las personas musculosas tienen más facilidad para quemar calorías en reposo que las personas con mayor porcentaje de grasa.
entre los 40 y los 80 años se pierde el 40% de la masa muscular.
TODO ES CULPA DE LAS HORMONAS
Durante el climaterio , las mujeres comienzan a tener desbalances hormonales que pueden afectar la tasa metabólica y propiciar, entre otras cosas, aumento de grasa corporal e hinchazón por retención de líquidos.
Los ácidos grasos omega-3 se han asociado con una disminución de la inflamación y un mejor estado de ánimo durante el climaterio.
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