Manzanilla para el estómago, lavanda para relajarse, romero para la digestión. Estas son infusiones que alguna vez hemos probado y han ayudado para algún síntoma o malestar leve. Estas bebidas hechas a partir de hierbas son sumamente benéficas si se consumen con moderación y a la par de un tratamiento médico.
Sin embargo, cuando se trata de infancias, estas infusiones no son la opción ideal en un primer momento. Hay que recordar que los sistemas orgánicos y el cuerpo de las y los pequeños funciona de manera diferente, por lo que hay que tener cuidado al administrar un remedio como estos. Te explicamos por qué:
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De acuerdo con algunos especialistas médicos españoles, las infancias no han desarrollado un sistema digestivo adecuado para metabolizar los ingredientes activos de las infusiones. Lo que para los adultos es como tomar un vaso con agua, para los niños y niñas es similar a digerir un alimento muy pesado.
De acuerdo con la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), la cafeína que algunas infusiones y tés conservan, puede provocar hiperactividad y deficiencia de calcio. Por otro lado, el consumo constante puede causar botulismo infantil, que causa estreñimientos, letargo, falta de apetito, pérdida de expresiones faciales y hasta parálisis oculares.
En últimos casos, algunas infusiones pueden resultar en intoxicaciones alérgicas graves, daños en el hígado, hemorragias, convulsiones, vómito y acidez, así como pérdidas de conciencia o deshidratación. Por su puesto, estas reacciones dependerán de la hierba que utilices, generalmente resultan debido a una mala dosificación y el uso de hierbas con contraindicaciones incluso para adultos.
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Aunque no se ha llegado a una edad establecida por organizaciones de la salud, la AESAN recomienda no dar este tipo de bebidas a menores de 12 meses. Por su parte, la Academia Estadounidense de Pediatría, establece que es mejor tener cuidado hasta la adolescencia, detallando que no se debe de consumir ningún tipo de bebida con cafeína antes de los 12 años.
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Siempre es mejor consultar a un especialista médico ante cualquier síntoma o malestar, indispensablemente cuando se trata de un menor. Seguir la dieta que el personal médico recomiende es vital para que las infancias se desarrollen de manera óptima, segura e informada.
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