Disponible en cápsulas, tabletas o polvo, la espirulina es un cóctel compuesto por varios nutrientes y antioxidantes que pueden beneficiar a su cuerpo y cerebro.
Esta es la razón principal por la cual actualmente se ha convertido en ingrediente estrella para preparar distintos alimentos y bebidas: barritas energéticas, licuados y hasta repostería.
Según el artículo “¿La espirulina es buena para ti?” publicado en Harvard Health Publishing, la espirulina
es clasificada como una cianobacteria o algas verde azuladas y tiene un contenido de proteína del 60%, siendo una fuente de proteínas más rica que la mayoría de las verduras.
¿Para qué sirve la espirulina?
El consumo de espirulina puede ayudar a prevenir, tratar o curar el colesterol alto, la hipertensión, la diabetes, la depresión, la hepatitis viral y la desnutrición.
Además, una buena dosis de espirulina refuerza el sistema inmunológico y mejora la función renal y hepática.
Por otra parte, gracias a la ficocianina, principal compuesto activo de la espirulina, este superalimento funciona como antioxidante con propiedades antiinflamatorias.
Y si lo tuyo es el gym, la espirulina también se convertirá en tu mejor amiga pues mejora la resistencia y aumenta la fuerza muscular.
¿Cómo tomar la espirulina?
Nos basamos en las dosis utilizadas en diversos estudios clínicos
que han demostrado tener efectos medicinales, la mayoría rondan entre 1 y 8 gr en polvo por día, disueltos en un vaso con agua. Se recomiendan las sigueintes porciones:
-Para el control de la glucosa en sangre:
2 g por día.
-Para efectos en el hígado graso:
4,5 g por día.
-Para el rendimiento muscular:
2-7,5 g por día.
-Para regular la presión arterial:
3,5-4,5 g por día.
-Para el colesterol:
1-8 g por día.
Si no te agrada tanto la idea de tomarla sola disuelta en agua, también puedes agregar la dosis de polvito en tus licuados o jugos.