A esta variante de cítrico de origen oriental, le llaman mano de buda debido a la forma que tiene, alargada y con forma de mano con "dedos" delgaditos. Esta variación fue hecha por el hombre y deriva de la cidra , un cítrico que tampoco tiene pulpa y su piel es lo más preciado en el mundo de la perfumería y la industria alimenticia.
Foto: istock
Leer más:
Al no tener pulpa o semillas , lo que se aprovecha es su cáscara, la cual proporciona a postres y bebidas un aroma y sabor muy peculiar. Su aroma es mucho más potente que un limón eureka (amarillo), nos recuerda a la bergamota y el yuzu. Lo hace ideal para la coctelería y pastelería, ya sea en ralladura o confitado.
Se puede comer en su totalidad, una cualidad que lo hace perfecto para elaborar mermeladas, chutneys y consservas.
En la Ciudad de México lo puedes encontrar en el Mercado San Juan y en tiendas de insumos orientales.