Pan de muerto relleno de mole oaxaqueño

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Este año la celebración del Día de Muertos llega acompañada de una combinación que no existía ni en la mente de la persona más inquieta de la Ciudad de México. Daniel Cruz es el nombre del responsable del ahora boom mediático, el cual en sólo un par de semanas ha despertado la curiosidad de quien se entera.

Los paladares que esta fusión ha conquistado se cuentan por cientos. Es simple pero hay algo en ella que la vuelve inexplicable: pan de muerto de mantequilla y azúcar, relleno de mole negro, cien por ciento oaxaqueño.

Con la libertad que este chef repostero tiene en ‘ Fonda Garufa ’, lugar donde todo lo impensable se vuelve parte del menú, Daniel le apostó a la combinación nada novedosa de lo dulce con lo salado, pero con dos elementos que por primera vez se vuelven uno solo.

Todo es preparado en la cocina de este restaurante de comida exótica que está por llegar a los 25 años, con ingredientes nacionales. Así, se hornean los panes de tres tamaños diferentes y de extensa variedad, por el contenido de sus semillas.

También las tartas, los panqués y el cheesecake; el pastel de chocolate, de láminas de manzana y de zanahoria especiado. Las galletas son punto y aparte; hay suaves y espolvoreadas de azúcar glas, con ajonjolí, de jengibre y de avena con manzana, por mencionar algunas.

Para acompañar una conserva de durazno, de guayaba, de jitomate con albahaca, higo con oporto, cebolla con tocino y tomate verde.

El chocolate oaxaqueño calientito es la estrella de las bebidas, junto con el café de olla y el capuchino.

‘ Garufa ’ es una expresión argentina que significa “divertido”, y en efecto este sitio lo es. El pan de muerto también se puede pedir con helado de vainilla o canela, así como con nata.

A sus 30 años, Daniel y todo el equipo de cocineros son imparables cuando se trata de sorprender. Una prueba más de ello es la carta de comida internacional, en la que se lucen apetitosos cortes, pastas, lasañas y mariscos.