Más Información
Al hablar de cacao y de chocolate en México también hay que acercarnos a proyectos campesinos y comunitarios para así poder entender los retos y las problemáticas que enfrenta este cultivo, las personas que lo hacen posible y su cultura en el entorno alimentario de las comunidades. Uno de ellos es Orgánicos de la Chontalpa, una empresa integradora de pequeños productores de cacao en Tabasco.
Ellos llevan más de 15 años trabajando y Maricarmen Barranco, quien es parte de su equipo técnico, explica que buscan, de manera prioritaria, el mantenimiento del cacao para la gente local, pues saben que la tierra, las personas y el entorno biocultural son patrimonio. “Primero, necesitamos asegurar que lo tengamos para el consumo en la zona: lo consumimos todos los días en forma de pozol, que da energía para trabajar. A los primeros que nos interesa tenerlo es a nosotros para ya luego compartirlo con el mercado. Hemos tenido altas y bajas”, explica.
Su zona de trabajo es la región de la Chontalpa , en los municipios de Comalcalco, Cárdenas, Jalpa de Méndez y Cunduacán . Trabajan con 642 productores cuya tenencia promedio es de 1.7 hectáreas pues son parcelas familiares. Ellos poseen cacaos nativos de distintas variedades, desde los criollos almendra blanca, trinitarios y hasta forasteros , explica Maricarmen. Ellos buscan que se clasifiquen de acuerdo a perfiles de origen.
Incluso, siembran pataxte (Theobroma bicolor Humb. & Bonpl.), también conocido como pataste, patashe o cacao cimarrón , al que Maricarmen define como “el abuelito del cacao”, del cual ya hay muy poco pues es más suceptible a enfermedades, así que con el deseo de incrementar plantas del mismo, están buscando maneras de conservarlo. Actualmente, se le encuentra asociado a cacaotales o traspatio, ya que no existen plantaciones comerciales.
Rosalino Álvarez es uno de los productores que colabora con Orgánicos de la Chontalpa desde Cupilco, población de origen náhuatl ubicada en el municipio de Comalcalco, y narra que el cacao les ha servido para alimentarse y como fuente de ingreso. “Cuento con una superficie de tres hectáreas y ahora están produciendo alrededor de 600 a 700 kilos de cacao seco en toda la cosecha. No se paga jornal porque no alcanza: todo lo hacemos entre mi esposa, mi hijo y yo”, explica.
Una de las problemáticas que tenían antes de estar organizados era la voracidad de intermediarios, que son un lastre para los campesinos. “Siempre hemos tenido esa desventaja con el cacao. No tenemos oportunidad con el tema de demanda y precio. Por parte del gobierno, desde hace años atrás, no ha habido intéres en que haya un precio justo sobre el producto. El “coyote” regala todo, y como no somos de pantaciones grandes, no teníamos oportunidad. Lo que vamos buscando es que nuestra cosecha tenga reconocimiento al exterior y con las generaciones que vienen”, enfatiza.
Maricarmen dice que como organización necesitan que se visualice la presencia de los productores ya que, en su opinión, ni los organismos internacionales ni las ONG son quienes rescatan al cacao, sino que lo hace el pequeño productor diario al estar trabajando y decidiendo no tirarlo y cultivarlo. Cada año, buscan tener presencia en eventos como el Festival Artesanal del Cacao y el Chocolate en Culhuacán o en el Salón del Chocolate y el Cacao de Gourmet Show , siempre y cuando cuenten con el apoyo de instutuciones como la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO), con quienes se identifican en misión y esquemas de trabajo y con quienes trabajaron en el proyecto de Cacao Amigable con la Biodiversidad , de 2015 a 2018.
De hecho, ella explica que Orgánicos de la Chontalpa se rige bajo diferentes prácticas de cuidado medio ambiental, con el fin de participar en el mercado orgánico: mantienen y diversifican árboles de sombra que acompañan los cacaotales, cultivan variedades nativas y no híbridos de otros países, y buscan incrementar y proteger la fertilidad del suelo con la incorporación de especies arbences locales, así como con la hojarasca que cae del cacao.
También le regresan al suelo la cascarilla del cacao que le aporta el 50% nutrientes que requiere el terruño para mantenerse, se hacer un buen uso del agua para el cacaotal (en Tabasco aún no hay tantos problemas de sequía, pero la espera de la lluvia necesariaes más prolongada, asegura Maricarmen). Otra técnica es dejar crecer la lengua de vaca, una planta que hace simbiosis con el cacao y sirve como cobertura verde en épocas de secas.
En cuanto a las plagas y las enfermedades creen en la prevención a través de las prácticas culturales como el uso de minerales naturales en contra de la monilia, el hongo que ataca este sistema agroecológico. Además, es prioritario para ellos fomentar acciones de difusión cultural y educativo para que las nuevas generaciones consuman este alimento y lo produzcan. Por último, están en el camino de que el valor agregado sea eficiente: además de secar el cacao, tienen barras, granos tostados, así como polvillo para preparar bebida, entre otros.
Algunos de sus retos son incrementar tanto su productividad como la valía de su producto al hacer unidades pequeñas de negocio para que se incremente el ingreso para todos los esquemas de la organización. “No es fácil porque en nuestro país hay una cultura de trabajo individual y vamos contracorriente”, dice. Otra más es el hecho de proteger prácticas orgánicas y agroecológicas, ante un escenario en el que se usan demasiados insecticidas y fungicidas que dañan tanto a los polinizadores del cacao como los terrenos.
Rosalino sí observa un beneficio regresar a los saberes de los abuelos y evitar el uso de químicos: los costos se elevavan mucho al implementar sustancias para cultivo extensivo, además de que hay tecnologías alternativas como la agrohomeopatía, que conocen gracias al doctor Felipe Ruiz de la Universidad Autónoma de Chapingo. “Estamos muy contentos y orgullosos de seguir. El orgánico es el producto que día con día tiene mayor demanda”, agrega.
Maricarmen añade que debe haber más conciencia para entender la forma de trabajo de este tipo de colectivos. “Nos contactan y quieren hacer compras por mes lo cual es imposible: solo tenemos dos cosechas al año y aún no hay condiciones para conservar como quisiéramos, pero de ahí, la necesidad de comunicarnos e interatuar directo con compradores y chocolateros. Juntos podremos transmitir que haya más chocolate de calidad y mexicano, con perfiles diferentes a los de otros países”, finaliza. Para pedir informes o conocer más sobre ellos puedes escribir a organicosdelachontalpa@gmail.com o a su página de Facebook.