Al vacacionar en una zona costera, lo primero que se nos antoja degustar es un plato de mariscos. Este alimento es rico en proteínas y puede prepararse de distintas maneras: en caldos, a la parrilla, en brochetas, cócteles y mucho más.
Es probable que dentro de tu viaje también se te antoje cenar mariscos, aunque se cree que consumirlos por la noche ocasiona graves problemas de salud. ¿Qué hay de cierto en ello? En Menú te decimos si es un mito o verdad.
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¿Qué pasa si comes mariscos por la noche?
Los mariscos son todos aquellos animales marinos invertebrados comestibles, por ejemplo, pulpo, langostas, camarones, cangrejos, ostras, mejillones, entre otros.
Algunas personas tienen la creencia de que comerlos por la noche podría caerle “pesado” al cuerpo, generando dificultades para dormir. Dicho mito proviene del hecho de que antes no se contaba con buenos sistemas de refrigeración en restaurantes y supermercados.
En ese sentido, los productos perecederos (donde se incluyen los mariscos) se echaban a perder rápido, explica el blog del restaurante y marisquería Fred’s House. Pero hoy la situación es diferente.
Gracias al avance de la tecnología y su influencia en los sistemas de congelación, podemos decir que es completamente seguro comer mariscos por la noche y tampoco es perjudicial para la salud.
En realidad, cenar este alimento podría darnos mucho beneficios. Al ser fuente de vitamina D, ayuda a disminuir el insomnio que muchas veces se produce por la falta de este nutriente, indica el sitio de la pescadería Peixa Casa.
Eso sí, considera que comer mariscos en exceso o en mal estado podría ocasionarte una intoxicación alimentaria y hasta vibriosis, enfermedad provocada por la bacteria "vibrio" que se aloja en pescados y mariscos.
¿Qué ventajas tiene comer mariscos?
¡No los saques de tu dieta! Los mariscos nos portan omega-3, que le permite al cuerpo quemar la grasa de la sangre y cuida la salud del corazón, esto de acuerdo con la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos.
Por otra parte, los productos marinos son bajos en calorías y su nivel de grasas saturadas es mínimo. Mientras que las ostras y los camarones nutren al cuerpo con zinc, mineral que favorece al sistema inmunitario.
La Organización Mundial de la Salud señala que consumir mariscos de 2 a 3 veces por semana es recomendable. Para aprovechar sus nutrientes y no afectar tu salud, la Comisión Nacional de Protección Social en Salud sugiere:
- Al comprar moluscos, ostiones y mejillones, elige aquellos que tengan la concha bien cerrada.
- Si adquieres productos congelados, evita descongelarlos a temperatura ambiente porque puedes favorecer el desarrollo de bacterias.
- Compra únicamente aquellos productos que están en cama de hielo o en refrigeración a una temperatura menor o igual a 4 °C.
- Nunca compres mariscos o pescados que están expuestos a temperatura ambiente.
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