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La manzanilla ha estado presente en nuestras tazas después de un dolor de estómago, para calentarnos o, simplemente, por su característico sabor herbal. Sin embargo, solemos reducir su uso en la cocina a tés o infusiones, es por eso que vale la pena saber en qué otras recetas podemos incluirla.
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Perfil aromático: dulce, con toques a miel y manzana. Al ponerla en una infusión su olor se vuelve menos herbal y más floral.
Sabor: sutil, dulce y floral con un toque amargo.
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Beneficios: está relacionada al cuidado del estómago y al tratamiento de padecimientos como úlceras gástricas, gastritis y colitis.
En bebidas: jarabes que se puedan combinar con sabores ligeros. Sodas, o coctelería con té. Queda muy bien con azahar o mieles.
En la cocina: Queda perfecta en postres como pannacotta, merengues, bizcochos o té. Se puede consumir fresca en ensaladas.
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Estos son los usos que la manzanilla puede tener en la cocina. La versatilidad de esta planta se demuestra en cada preparación en la que podemos incluir. No la uses nada más en infusiones, atrévete a incluirla en todas tus recetas.
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