Mario Espinosa
concentró en Madereros el trabajo y la experiencia de 20 años, es el reflejo de dos décadas de viajar por diferentes cocinas y proyectos, un andar que le ha dado, las herramientas para pulir una personalidad propia desde la carta del restaurante, algo a lo que todo cocinero aspira.
Mariolo afirma: “es mi viaje de 20 años, es mi historia con Milán y las pastas frescas que realicé durante cinco años, es lo yucateco que surge con mi experiencia en Kuuk, abriendo Rosas y Chocolate así como un proyecto que emprendí llamado Maya . Es respetar el ingrediente y sacarle su máximo potencial”.
En su cocina no hay complicaciones, los ingredientes llegan a la mesa con una intervención en la medida justa, es una narrativa sencilla y de fácil lectura. El comensal, no debe pensarle demasiado para entenderlo, los platos evitan la complejidad, “son sabores seguros”: atún sellado, chiles padrón y un pipián con guiños de curry . Un viaje con escalas momentáneas por Japón, España, México e India.
"Buscamos no decepcionar y siempre tener un plato atractivo, que si no está el tuétano que comieron ayer, y regresan al día siguiente por ello, les pueda compensar con una pasta recién hecha con burrata y pesto”. Por el momento el tuétano y la croqueta de jaiba han sido populares en Madereros , pero al no conformarse y buscar de temporada y fresco, Madereros puede dar un giro sorpresivo.
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El complemento de Mario en Madereros es Ricardo Casas (y visceversa), el diseñador industrial que le dio vida a cada espacio de la casa en donde habita el restaurante. "Lo conocí en Milán y desde entonces hemos colaborado en varias cosas juntos en la zona Esmeralda con La Shula , y en Mérida .
Antes de ser chef, Mario estudiaba para ingeniero en sistemas, pero al ayudarle a su papá en el comedorindustrial donde trabajaba, se convirtió en el octavo cocinero de su familia.
Madereros
Antonio León #70
Col. San Miguel Chapultepec
IG @madereros.mx