Bajo la guía de la sommelier Sandra Buch, recorrimos la riqueza del terruño catalán en una cata dedicada a la bodega Clos-Pons. Dicho ejercicio se celebró en el restaurante Hermitage, ubicado en las Lomas de Chapultepec. Es así, como la sommelier Buch, eligió seis etiquetas que pudieran representar la esencia de la región.
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Para los asistentes fue una oportunidad para apreciar sobre la geografía y climas de la provincia de Lleida, y sobre todo para descubrir los matices específicos y la complejidad de estos vinos que a continuación te describimos:
Un cava (DO Cava) elaborado con Xarel-lo, Macabeo, Parellada y Chardonnay, un método tradicional de crianza en botella sobre lías durante 15 meses; este vino espumoso de la DO Cava destaca por su frescura y complejidad, con una burbuja fina y bien integrada, reflejando el carácter único de su región.
Una mezcla de 70% Garnatxa Blanca y 30% Albariño. Fermentado en barrica de roble y madurado sobre lías durante cuatro meses, este vino ofrece de entrada frescas notas florales y frutales, en boca a frutos secos y nueces con un final especiado y cítrico, claro ejemplo de la combinación de tradición e innovación, referente de calidad y sostenibilidad
Proveniente de la Finca de L'Albagés, situada a 510 metros de altitud, este vino 100% Garnatxa Blanca, destaca por su leve expresión mineral y notas de piel de fruta tropical y semillas tipo durazno, aportando frescura y suntuosidad en boca.
Elaborado con Garnatxa Negra y Syrah, este rosado sorprende por su acidez cítrica y un interesante contraste hacia una frescura frutal, equilibra perfectamente densidad y frescura, las notas a frutas rojas, hierbas aromáticas; una interesante propuesta de un rosado atípico para paladares expertos.
Un tinto compuesto por 40% Garnacha Tinta, 40% Cabernet Sauvignon y 20% Tempranillo, envejecido 14 meses en barrica de roble francés, presenta una potente tanicidad con toque muy sutil de notas de fruta madura y tostado, ofrece un elegante final largo y muy agradable en retrogusto.
Este vino excepcional de La Pobla de Cérvoles es recolectado manualmente y envejecido 12 meses en barricas de Sylvain y Demptos. Su robustez y expresión del terruño lo convierten en una verdadera joya vinícola que destaca las profunda experiencia de esta bodega.
La familia Pons comenzó en los años 30 a cultivar olivos en L’Albagés, en el corazón de Lleida, Cataluña, lo que inició como una pequeña explotación ha evolucionado a lo largo de casi un siglo, adaptándose y creciendo con cada generación.
De inicio, su vocación fue el cultivo y producción de aceites de oliva en un entorno que emergía de la posguerra; este legado, transmitido de generación en generación, ha llevado a los aceites y vinos de Pons a ser reconocidos en las mejores mesas del Mundo. En reconocimiento a su compromiso con la calidad y la responsabilidad social, Pons ha sido recientemente galardonado con el "Reconocimiento a la Acción Social Solidaria de la Ciudad de Lleida 2024".
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Les Garrigues es una comarca marcada por su aislamiento del mar, lo que ha contribuido a la singularidad de sus productos. De clima interior seco, con alta insolación y bajas precipitaciones, factores que, junto con la influencia de las nieblas invernales, crean un entorno ideal para el cultivo de la vid y el olivo. Las viñas y olivares se encuentran a altitudes que varían entre los 200 y los mil 100 metros sobre el nivel del mar, en suelos calcáreos cubiertos parcialmente de arena, aportando una gran uniformidad y características únicas.
Situados en una zona con una rica historia vitivinícola que ha superado desafíos como la devastadora filoxera (insecto plaga de la uva) a finales del siglo XIX. Afectó gravemente los viñedos europeos, llegó a Cataluña en 1879 a la provincia de Lleida en 1895, causando una drástica reducción del cultivo de la vid. Sin embargo, la resiliencia de los viticultores llevó a la replantación con viñas americanas resistentes, permitiendo la recuperación y evolución de la viticultura en la región. Hoy en día, además de sus aclamados vinos, continúan produciendo y comercializando aceites y vinagres, manteniendo su compromiso con la calidad y la sostenibilidad, siendo orgánicos certificados.
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Clos-Pons cultiva una amplia variedad de uvas, tanto autóctonas como internacionales; entre las blancas se destacan Macabeu, Xarel-lo, Parellada, Chardonnay, Garnatxa Blanca, Riesling, y Sauvignon Blanc; las tintas incluyen Garnatxa Negra, Tempranillo, Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah, y Pinot Noir, entre otras. La región se enorgullece de la Denominación de Origen (DO) Costers del Segre, que abarca 34 bodegas y 4 mil hectáreas de viñedos, garantizando la calidad y autenticidad de sus vinos los cuales de la mano de la segunda generación han logrado presencia en cinco continentes.
Los vinos de Clos-Pons siguen estrictos procesos de crianza y envejecimiento; para los vinos tintos, el término crianza implica un envejecimiento mínimo de 24 meses, con al menos seis meses en barrica de roble; los vinos blancos y rosados requieren 18 meses de crianza, con un mínimo de seis meses en roble. Las clasificaciones de reserva y gran reserva elevan aún más los estándares de envejecimiento, asegurando la complejidad y profundidad de los vinos.
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