Después de una semana pesada, muchas personas aprovechan su descanso para hacer reuniones con familia o amigos y disfrutar unos tragos. Ya sea de cerveza, una copa de vino, un poco de mezcal o un caballito de tequila.
Prácticamente, ya es tradición acompañar esta última bebida con refresco de toronja. Aunque dicha combinación resulta por demás deliciosa, podríamos estar dañando nuestro organismo.
En esta ocasión, desde Menú te platicamos sobre los refrescos que no debes combinar con tequila para evitar complicaciones de salud, de acuerdo con un estudio realizado por la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).
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Como sabrás, el refresco contiene niveles elevados de azúcar y mezclarlo con tequila no solo incrementa el riesgo de tener "cruda", sino que puede ocasionar malestares como sed excesiva, ganas de orinar de manera frecuente y taquicardia.
En 2023, la Profeco analizó 46 marcas de refresco que se venden México tomando en cuenta 6 variables: veracidad de la información, contenido neto, calidad sanitaria, azúcares, cafeína y contenido energético.
¿Cuáles fueron los resultados? Los siguientes productos son los que tienen mayores niveles de azúcar, por lo que no se recomienda mezclarlos con tequila o cualquier otra bebida alcohólica:
Según explica el sitio especializado Medlineplus, las bebidas alcohólicas y las bebidas azucaradas son ricas en carbohidratos, lo que también puede causar un aumento en los niveles de azúcar en la sangre.
Además, al tener muchas calorías, el alcohol podría ocasionar un aumento de peso. Es mejor controlar la cantidad que consumimos y elegir otro tipo de bebidas menos dañinas, por ejemplo, el vino.
Una situación similar ocurre con el alcohol y las bebidas energizantes. Este producto contiene cafeína, taurina, guaraná, ginseng, edulcorantes calóricos (azúcar, glucosa, fruc- tosa, jarabe de alta fructosa) y vitaminas.
Aunque prometen proveer de estamina al cuerpo, revolverlas con alcohol podrían traer consecuencias negativas para la salud: arritmia cardíaca, hipertensión, dolores de cabeza, sensibilidad a la luz, dificultad para dormir y deshidratación.
Desde luego, su consumo inhibe la capacidad de reacción de las personas y también altera las funciones cerebrales. Si por alguna razón llegas a ingerirlas, no manejes bajo sus efectos porque representan una amenaza para tu vida.
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