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Si tus cubiertos presentan tonos amarillentos, negros o tornasolados, es momento de regresarlos a la vida con estos consejos:
Aluminio y bicarbonato de sodio
En una olla pon agua a hervir con un pedazo de aluminio hecho bolita. Cuando rompa el hervor, agregra bicarbonato de sodio y sin apartar del fuego sumerge las piezas de plata que deseas limpiar. Retira y seca con un paño de algodón seco. Recuerda usar guantes y así evitar tener contacto con el agua ya que puede irritar tu piel.
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Fécula de maíz y agua
Prepara una pasta de fécula de maíz y agua. En un tazon pon una taza de maicena y agrega a manera de hilo agua tibia hasta lograr una pasta. Cubre los cubiertos con esto y deja secar. Con ayuda de un paño de algodón frota la mezcla hasta que los cubiertos estén libres de fécula de maiz. Verás que los cubiertos volverán a ser brillantes.
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Cátsup
La salsa de jitomate es buena para limpiar metales, además de plata, también se puede utilizar en cobre. Cubre con cátsup los cubiertos, deja que actúe por 15 minutos y con un paño de algodón frota cada cubierto para retirar la cátsup. Enjuaga con agua tibia y seca inmediatamente con otro paño de algodón limpio y seco. Recuerda utilizar guantes para evitar cualquier contacto con la piel.
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