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Se alzan voces, se unen anhelos, se trazan sueños compartidos, se brinda apoyo incondicional, se siguen rompiendo barreras y desde hace años se escucha a gritos “no se va caer, lo vamos a tirar”. En este caso tiremos nuestros propios prejuicios.
Morado
y verde , los colores que se alzan en banderas. Estandartes sería la palabra correcta. La fecha ha llegado y conmemorarla vale más que los tintes políticos que muchas veces rodean esta fecha. Para mí, su más grande valor es el reconocimiento de amor propio, como persona, como mujer.
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"Necesitamos que se escuchen las voces de las mujeres y que se desplieguen sus talentos, de modo que podamos impulsar la confianza en la alimentación y construir una visión de futuro basada en los valores de la sostenibilidad y la igualdad de oportunidades"
-Parebere Forum
Mary Shelley
, la escritora creadora del fantástico personaje de Frankenstein decía: “No deseo que las mujeres tengan más poder sobre los hombres, sino que tengan más poder sobre ellas mismas”. El feminismo no va de superioridades, inclusive ni de igualdad, va más de equidad. El empoderamiento en estricto sentido se define como un proceso por el cual una persona obtiene libertad y autoridad para hacer algo que antes no entraba dentro de sus posibilidades.
El creer en ti, es la llave de cualquier puerta, seas hombre o mujer, no importa la condición o circunstancia que tengas delante, esa convicción te dará la herramienta necesaria. En esta industria, mantener esta idea es la que hace que nos miremos de forma bonita entre nosotras, y más que entendernos, comprendernos. No olvidemos que la mujer inventó la cocina, una labor que ejercía en exclusiva, y fue separada de ella solo cuando esta adquirió importancia simbólica o económica.
Foto: Pexels
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La primera receta de la humanidad, fue creada por nosotras. Recogía plantas y los frutos, porque observaba la naturaleza, mientras que el hombre iba de cacería, y con suerte tardaba tres o cuatro días en volver a casa. Los que estaban allí tenían que comer lo que pudieran. La mujer fue, también, la primera que domesticó los vegetales y los animales pequeños. Los primeros campesinos y ganaderos no fueron hombres, fueron mujeres.
Pero centrémonos en nuestro presente y sostengamos el pasado únicamente como ejemplo, la unión entre nosotras es mas fuerte, el reconocimiento por el trabajo de nuestras colegas lo tenemos cada día y nos impulsamos a seguir, eso es fundamental, eso es empoderarse, apoyarse, pero no dejemos a un lado a esos hombres que han caminado con nosotras, que nos ven y nos enseñan, si son maestros, esos que dejan a un lado las cuestiones de género, esos que hoy llevan la batuta de grandes proyectos, pensemos en cada entrevista la mayoría habla de sus recuerdos con sus madres.
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Visualicemos nuestra actualidad, si es cierto cada vez más son mujeres quienes están al frente de una cocina, quienes dirigen una sala, quienes conquistan en las barras con un cóctel extraordinario, que dirigen proyectos. Son ellas que con sutileza, te sirven un vino regalándote historias, pero no es por ser mujer o porque un hombre diga yo te doy esa oportunidad por tu género, no. La verdad es porque nosotras mismas hemos tomado las herramientas y ejecución de sueños, esa es la razón de su presencia, de su fuerza, esa es la razón de su poder. Tal vez solo me queda decir que aunque nos señalen como vulnerables, esa “fragilidad” es la cereza del pastel. Hoy más fuertes, hoy más unidas, hoy más humanas.
Foto: Cortesía
*Elizabeth Chichino es co-fundadora de Alelí y Lorea, siempre está atenta a cada detalle de las salas de ambos recintos gastronómicos. Es parte del colectivo La Escena Inminente (LEI).