La espinaca, es una hortaliza de la familia de las amarantáceas, fácil de cultivar y que aporta diversa s vitaminas , fibras y minerales que son benéficas para la salud Existen tres tipos de espinaca: de hoja lisa, rizada y la espinaca baby que son más pequeñas que las anteriores.
Estas se pueden utilizar en diferentes platillos y ensaladas. Esta planta está compuesta mayormente por agua, además tiene una baja cantidad de carbohidratos y grasas comparado con los niveles de nutrientes y vitaminas que lo componen.
Entre los minerales que más destacan de la espinaca están el calcio, el hierro, el potasio, el manganeso, el magnesio y el fósforo. Por otro lado, las vitaminas presentes en esta hortaliza son la vitamina A, C, E, K y el grupo del complejo B.
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La espinaca contribuye a disminuir el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y degenerativas pues de acuerdo con un estudio realizado por el Instituto Karolinska de Estocolmo, los nitratos orgánicos presentes en verduras como las espinacas, al entrar en contacto con las bacterias bucales producen oxido nítrico. Este compuesto actúa como vasodilatador en las arterias, mejorando la función y, además, contribuye al control de la presión de la presión arterial. Esta hortaliza es una buena fuente de vitamina K, la cual ayuda a fortalecer el sistema óseo, pues participa en la retención de calcio en la matriz ósea, haciendo más fuertes los huesos y previniendo el desarrollo de enfermedades como la osteoporosis.
Posee una cantidad importante de antioxidantes como los flavonoides ayuda a prevenir algunos tipos de cáncer, además actúa contra los radicales libres que provocan el envejecimiento prematuro. Por si fuera poco, gracias a su contenido en fibra promueve el transito intestinal, por lo que es un buen aliado contra la indigestión. La fibra también produce una sensación de saciedad por lo cual contribuye a la pérdida de peso.
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