La cocina es una profesión que se presta para el reconocimiento nacional e internacional; pero para Jonatán Gómez y Odín Rocha esta profesión tiene un valor más allá de la popularidad: el placer de nutrir y de alimentar, en especial si es la familia.
Ambos chefs tuvieron sus primeros pasos en la cocina de sus hogares, Odín comenzó en San Miguel de Allende y Jonatán en la Ciudad de México . Por consiguiente, para Gómez Luna la familia se convierte en una inspiración para continuar usando el mandil. “La familia es el punto clave. Lo que haces como un oficio o profesión, en casa se vuelve satisfacción y alegría”.
Así, la familia se vuelve en un factor clave para alcanzar objetivos. “Como profesional puedes tener retos. Ser ambicioso no es malo, al tener sueños necesitas un motor y ese motor es la familia”, añade.
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Por su parte, Rocha ve en la familia la inspiración para ser cocinero; disfruta preparar algo que los nutra y que los ponga felices. Ve en esta profesión una oportunidad de “dedicarnos a hacer algo que podríamos hacer gratis para nuestra familia”.
“Obvio el amor por la cocina es importante, no tanto los colaterales si te dedicas a eso. Cocinar es placentero y dedicarte a algo que puede ser gratis no parece trabajo. Es el mejor oficio que pueda existir”.
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Pero la familia no solo es la que se forma en casa, sino también aquella que se crea en el trabajo, puesto que Jonatán Gómez ve al equipo de cocina como una segunda familia.
Cruce de caminos
Ambos cocineros son viejos conocidos, estuvieron trabajando en Le Chique en 2016, donde Odín pulió su técnica bajo la enseñanza de Jonatán. Años más tarde, ambos se volvieron a encontrar en una cena en Mezcal , restaurante en el que Odín tiene el puesto de chef ejecutivo.
Para Odín Rocha , Gómez Luna representa un mentor importante para su desarrollo como cocinero, en especial porque en Le Chique aprendió el deber ser del cocinero. “Algo que recuerdo es el sentido de compromiso por hacer una cocina deliciosa y extraordinaria en sabor, presentación y storytelling”, menciona.
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En este sentido, Jonatán Gómez reconoce el trabajo que ha realizado su pupilo en los últimos años, en especial en Mezcal , y aplaude que ha forjado su propio camino.
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“Es lindo poder ver que tu trabajo se externa a otros cocineros y ver que alguien tomó de lo que transmites y lo hace propio. Odín está escribiendo su historia y eso es bueno, el cocinero crea una filosofía propia para plasmarla. Me llena de orgullo que alguien empiece a crear un camino único: su forma técnica y manera de narrar lo que hace”, expresa.
El perfil de los chefs
Es común que como cocineros profesionales tengan estigmas al momento de ser comensales, en un cliente más en un restaurante; no obstante, tanto para Odín y Jonatán no importa el lugar ni el precio, si la comida es rica y el servicio es cálido, lo disfrutan.
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“Aprecio cuando voy a un lugar y hay un servicio cálido, no tan sofisticado o que lleve los cubiertos a la mesa con guantes. Puedes hacer un gran servicio con cubiertos de madera y tazas de peltre. Es la calidez lo que buscas y, desde luego, que esté rico”, dice Odín Rocha .
Incluso es una cuestión de sensibilidades. Jonatán Gómez piensa en que, si hace a un lado la crítica y se enfoca más en las cosas buenas que en las malas, disfrutas la experiencia. “En el gremio estás muy habido a percibir errores; pero la mejor forma de salir es con la cabeza vacía. La sensibilidad la ocupas en otro lado. Cuesta trabajo, pero es la realidad".
En este sentido, cuando salen de viaje o buscan comer fuera de casa, acostumbran a probar el mejor platillo, lo que está bueno en el lugar. “A mí me gusta comer en el puesto garnachero. Mientras esté bueno, tengo esa predilección. Los cocineros somos muy selectivos con nuestro changarro de banqueta, la bicicleta de tacos, el fine dining, el tradicional, el de estrellas, etc. El comer es en el momento en el que estás y disfrutarlo”, menciona Jonatán.
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”Yo soy creyente de la idea de que vas a comer lo que está bueno en el lugar. Yo no vengo a Los Cabos a comer tacos al pastor; lo mejor es comer unas empanadas de frijol que te garantizo que estarán increíbles. A donde voy busco comer lo que representa para la localidad”, enfatiza Odín.
Existen, por otro lado, momentos donde se nota que ambos provienen de distintas generaciones. Por ejemplo, en la hora de preparar sus platillos, Odín Rocha acostumbra a poner rock and roll u otra música que se adecúe a lo que está cocinando y a quién lo esté acompañando.
“Cuando cocino en casa pongo mi playlist del diario, pero cuando salgo y hacemos un picnic o algo en el mar, la música playera no puede faltar. Se acuerdo con lo que vas a hacer es el son que te pones”.
En contraposición a Rocha, Jonatán Gómez prefiere el silencio y concentrarse en el platillo, a pesar de que también es rockero e incluso toca la batería desde niño. “Creo que la cocina debe tener silencio y enfoque, no soy fan de tener música en la cocina”, sentencia.
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