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En 1961 el diseñador japonés Kenji Ekuan diseñó la icónica botella para salsa de soya de Kikkoman. Él ha dicho que quería lograr una botella pequeña debido a su recuerdo de la infancia en donde su madre aparece vertiendo la salsa de soya de una gran botella de medio litro a un dispensador de mesa.
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La salsa de soya es un alimento básico en la dieta japonesa desde hace cientos de años. Con esta botella diseñada por Kenji, se encontró a la vanguardia, la tradición se modernizó al igual que la marca, la primera en buscar una solución a las grandes botellas de 1.8 litros. Kenji le dio una solución a este gran formato, la impregnó de personalidad y de una estética que todos querían en su mesa, aún cuando se termine la salsa de soya, se rellene con otra cosa.
Foto: Dan Iggers / Flickr
De monje a diseñador
Ekuan, un ex monje budista que trabajaba en GK Design Group en Japón, se propuso rediseñar el dispensador de salsa de soya para la empresa Kikkoman. La botella tenía que encajar con la minimalista estética japonesa y ser cómoda de sostener. Objetivos que logró al conseguir una botella de fondo ancho que conforme se acerca al cuello, se va estrechando, un acierto que hace que el líquido no salga de golpe y se desparrame.
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El vidrio transparente es funcional porque permite al consumidor ver cuánta salsa de soya queda. Es hermoso en su simplicidad, contrasta con una tapa roja brillante que agrega profundidad visual a la salsa oscura. Ekuan desarrolló cerca de cien modelos, ninguno de los cuales logró evitar el goteo y controlar el flujo. Un ángulo hacia adentro en la punta del pico resultó ser la solución correcta, evitando que la salsa se acumule en el borde de la tapa y se desparrame sobre la mesa. Sin duda, una botella de uso cotidiano que ahora está inmortalizada, en el inconsciente colectivo del mundo entero.
Sket One propuso en art toy, inmortalizar la legendaria marca y botella.
- Más de trescientos millones de estas botellas se han vendido en todo el mundo.
En 2003 ganó el Lucky Strike Designer Award, en 2014, Ekuan recibió el prestigioso premio de diseño industrial italiano, el Premio Golden Compass. Este diseño ha sido un elemento permanente en el Museo de Arte Moderno de Nueva York y en el Design Zentrum Nordrhein-Westfalen en Alemania durante muchos años, un legendario dispensador de culto que también es práctico.
Anuncio publicitario de Scholz & Friends, Suecia. Una alusión de "La gran ola", de Kanawaga.
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El creativo japonés, cuya botella de salsa de soya Kikkoman se ha convertido en un icono, también fue responsable de diseños aclamados internacionalmente como la moto de motocross Yamaha YZ 450, el sistema de tren del aeropuerto narita express N'EX y el hotel con cama cápsula "Space of Dreams".
Su principio de diseño era una democratización de los bienes y la belleza, para que sean accesibles para todos. Esa filosofía de trabajo le acompañaría toda su carrera. Sus diseños siempre se caracterizaron por tener una gran trascendencia social. Kenji Ekuan intentó siempre comprender el estilo de las personas y, a partir de allí, mejorar su calidad de vida, respetando siempre la naturaleza, a la que consideró parte del desarrollo de un buen diseño.
Primitive, una marca de ropa, se inspiró en Kikkoman para lanzar una edición especial.
*Andrés Lhima es diseñador industrial enfocado en el desarrollo de producto. Su obra ha sido exhibida en Nueva York, Japón, China, Francia y Austria. Puedes encontrar parte de sus diseños utilitarios en casa Barragán, MUAC, Museo de Antropología e Historia y Museo Tamayo en las tiendas de regalo. Síguelo en redes IG @andreslhima
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