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Las coles de Bruselas son una hortaliza de la temporada invernal, es por ello que conforme se acerca el fin de cada año, es más común verlas en los mercados, a pesar de que son poco utilizadas en la cocina mexicana.
La planta de la que se obtiene el pequeño vegetal lleva por nombre científico Brassica oleracea de la variedad gemmifera.
Es una planta anual de un metro de altura en promedio, aunque puede alcanzar hasta un metro y medio. Tiene un tallo grueso del cual brotan hojas grandes y redondeadas, debajo de estas, en las axilas (unión de la hoja con el tallo) es de donde crecen las pequeñas coles .
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Su aspecto es similar al de una col o repollo pero en versión miniatura, pues cada pieza mide alrededor de dos a tres centímetros de diámetro y pesa entre 20 y 50 gramos.
Están formadas por múltiples capas de hojas, que según la variedad o calidad se superponen de manera más compacta o laza. Su coloración combina distintos tonos de verde y es completamente comestible.
Cada planta puede albergar gran cantidad de coles de Bruselas , produciendo en un solo tallo, de uno a dos kilos anualmente.
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Este cultivo es originario de Bélgica, en la región de Bruselas , de donde adoptó su nombre común.
El estado de Sonora, así como Baja California, Puebla y el Estado de México son los principales productores de coles de Bruselas en el país, sin embargo, la hortaliza se destina casi en su totalidad a la exportación, debido al bajo consumo interno.
Propiedades de las coles de Bruselas
Las coles de Bruselas están consideradas como un alimento de alta calidad nutricional debido a que son ricas en proteínas, potasio y calcio, mientras que su aporte calórico es muy bajo.
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Son fuente de vitaminas A y C, las cuales son responsables en gran parte de la salud visual, así como del correcto funcionamiento del sistema inmune.
Al consumo de coles de Bruselas se asocia la disminución del riesgo de desarrollar diversos tipos de cáncer como el de mama, próstata y pulmón, debido a su contenido de glucosinolatos.
Cocina con coles de Bruselas
La manera de integrar coles de Bruselas a tus comidas no debe ser complicado, como muchos otros vegetales, basta con darles la cocción correcta, añadir algunos sabores y texturas y listo.
Una razón por las que algunas personas rechazan las coles de Bruselas es el olor que despiden mientras se cocinan, el cual puede ser penetrante y un tanto desagradable, sin embargo, es totalmente normal por sus componentes y lo mejor es que ese olor, no se relaciona en ningún sentido con su sabor.
Foto: @joskitchenlarder
Para prepararlas te recomendamos dos métodos, el primero es cocinarlas en agua hirviendo hasta que el centro esté suave, colarlas y saltearlas en una sartén con un poco de aceite o mantequilla, añadir sal, pimienta y cualquier especia de tu preferencia.
El segundo método consiste en cortarlas por la mitad, bañarlas con un poco de aceite, sal, pimienta y ajo picado para colocarlas dentro del horno hasta que tengan un exterior ligeramente dorado.
También puedes adaptar cualquier receta a la que se le añada repollo e intercambiarlo por la versión miniatura con coles de Bruselas .