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Durante los últimos años, el cuidado del medioambiente se ha convertido en prioridad para varios sectores. De hecho, la industria alimentaria le está dando un giro a sus procesos de producción, distribución y consumo, de tal modo que su impacto sea menos perjudicial para el planeta y más sustentable.
¿Cómo se planea lograrlo? A través de los huertos urbanos, orientados a la producción sostenible de alimentos en espacios naturales y al alcance de todo público.
Para profundizar en el tema, Menú asistió al conversatorio “Huertos urbanos: producción y consumo responsable” en el restaurante Parrilla Paraíso, ubicado al sur de la Ciudad de México. Aquí se dieron cita representantes de diversas organizaciones para compartir su experiencia y los aportes esta tendencia sostenible en la alimentación.
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¿Cuál es el impacto de los huertos urbanos en la alimentación?
De acuerdo con datos expuestos por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura en México (FAO, por sus siglas en inglés), el mundo atraviesa una problemática alarmante de hambruna, pues el 29% de la población mundial sufre de inseguridad alimentaria, es decir, la falta de acceso a alimentos nutritivos y necesarios para una vida saludable.
Ante esto, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se ha propuesto una serie de objetivos de desarrollo sustentable (ODS) con los que busca crear un mundo libre de hambre hacia 2030 a través de modelos de producción y consumo responsable. Precisamente, los huertos urbanos han surgido como una respuesta al problema y promover la soberanía alimentaria autogestiva.
Aunque la influencia del urbanismo agrario es mucho más amplia que los modelos. Durante el conversatorio, Gabriela Vargas, directora de “Huerto Tlatelolco-Cultiva Ciudad”, explicó que la implementación de estos espacios de cultivo es también una estrategia de reconexión social, puesto que ayuda a las personas a reconocerse como parte de la naturaleza.
Y eso no es todo, sino que los huertos urbanos tienen un impacto directo en la salud. ¿La razón? La producción orgánica de alimentos, fuera del uso de químicos para su conservación, promueve un consumo saludable, de tal manera que los alimentos previenen el desarrollo de enfermedades relacionadas con el consumo indirecto de químicos.
Así, los expertos coinciden en que la creación de estos espacios juega un papel importante a nivel ambiental, económico, educacional y social. Es por eso que cada vez vemos con mayor énfasis que el sector restaurantero de México adopta tendencias sostenibles.
¿Cómo impulsar la iniciativa para la creación de huertos urbanos?
Durante el conversatorio, los panelistas expresaron que las acciones para llegar a un modelo de alimentación sustentable son una responsabilidad compartida entre la sociedad civil, empresas del sector privado y, por supuesto, autoridades gubernamentales.
Actualmente, diversas organizaciones cuentan con espacios dedicados al cultivo de alimentos. Por ejemplo, Fundación Simi, ofrece al público 48 huertos comunitarios para cosechar alimentos de su preferencia y, al mismo tiempo, difundir el concepto de una vida saludable con el cuidado del medioambiente a través de la alimentación.
“La clave está en nosotros como consumidores y el primer paso está en leer etiquetas. Nosotros tenemos el poder de decidir qué se produce en este mundo y qué queremos consumir", declaró Edgar Delgado, chef de Grupo Lunfardo, para Menú.
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Para alcanzar un modelo integral de alimentación sustentable también se contempla la reducción de desechos y del desperdicio de alimentos, ya que muchos restaurantes del mundo han identificado el "exceso de desperdicio" como otro factor que impacta de manera negativa al medioambiente.
Al respecto, los ponentes externaron que la solución implica un esfuerzo conjunto, empezando por el consumo responsable de parte de la sociedad, en tanto que las cadenas de restaurantes puedan aprovechar ese desperdicio en forma de composta y hacer que los "alimentos sobrantes" se reincorporen al ecosistema natural.
Todas las organizaciones participantes planean llevar sus conversatorios a diferentes espacios públicos, con el objetivo de que el cultivo de alimentos en lugares propios sea una práctica cada vez más popular, que apunte a ser un hábito más que una "moda" o tendencia.
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