es un espacio donde la creatividad se renueva cada ocho semanas, pues el equipo de cocina, liderado por el chef Diego Morones, se encarga de diseñar una nueva carta bimestral y en esta ocasión están estrenando.
El hilo conductor del menú que ya está disponible en el restaurante es la comida callejera, proveniente de los recuerdos del chef Diego, un viajero de corazón que se convirtió en cocinero por oficio y vocación.
La experiencia de “Street Food”, el menú de 10 tiempos de esta temporada, comienza en el último piso de la calle de Colima 333 en la colonia Roma.
En un ambiente suficientemente relajado pero con un toque de elegancia, eres recibido en tu mesa con una grata sorpresa; el mezcal de la casa. Este espirituoso elaborado a partir de agave espadín tiene un origen conocido, pues es producido por el mismo chef Diego Morones y cada sorbo abre los sentidos y el apetito para lo que está por llegar.
El movimiento en la cocina de concepto abierto de Gracias Comedor comienza, pronto, los platos comienzan a salir y aterrizan en la mesa. La primera parada de este viaje culinario es en Singapur, con camarones envueltos con fideos, los cuales están saborizados con salsa de ostión picante y un toque cítrico.
Foto: cortesía
Las instrucciones por parte del gerente Erik Ortega son claras, se trata de un menú que se comería en la calle , por lo que la mejor manera de experimentarlo es dejar los cubiertos a un lado y sumergirse dentro de los sabores con las manos.
El viaje continúa, Europa se hace presente con un arancini de estilo sicialiano, un bocado que nace a partir de la necesidad de dar una segunda vida al arroz del día anterior y que Gracias Comedor ejecuta con maestría al freír la croqueta de risotto junto con quesos y salsa cassé para acompañar.
El menú se desarrolla creciendo en sabores, técnicas y presentación. Cada mordida es mejor a la anterior. Con escalas en el Medio Oriente gracias a un Döner Kebab, en Texas con un pan al vapor relleno de brisket con 12 horas de cocción y el norte de Inglaterra con una versión especiada de un huevo escocés llegas a la mitad de la cena sin darte cuenta.
Foto: cortesía
Los chefs Gabriel Tellez y Giovanni García son los encargados de ejecutar los platillos y de dar una breve explicación que ayuda a contextualizar cada tiempo en el mapa.
La segunda mitad del menú continúa con un Pho bo cuyo caldo aromatizado reconforta al estómago y la garganta. Antes de avanzar, llega una granita de limoncello para refrescar y limpiar el paladar al estilo europeo, como preparación para el último elemento salado, un emparedado de langosta típico de las costas de Maine.
Foto: cortesía
La parada nueve y diez de este tour gastronómico son dulces, y qué mejor que volver a México por un viejo conocido, el boing de guayaba. Esta bebida que no falta en cada puesto de comida ha sido transformada en un cremoso y ahora se encuentra sobre una base de galleta, bañado por una reducción de más boing de guayaba.
El último bocado cierra la experiencia con los sabores de un cannoli con vino marsala en una sola cucharada.
Gracias Comedor funciona únicamente bajo sistema de reservación, por lo que te recomendamos agendar tu visita con tiempo. En tan solo 10 platillos, habrás recorrido las calles del mundo desde tu silla.
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