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La cultura Maya es una de las más ricas, complejas y apreciadas de México. En Día de Muertos, esta comunidad honra quienes partieron a través de platillos que representan la cosmovisión que tienen. Se le llama Hanal Pixán.
Antes de la explicación tradicional, el chef Julio César Chávez, de Fairmont Mayakoba preparó una serie de estaciones gastronómicas inspiradas en el camino al descenso del Xibalbá y las pruebas que hay que pasar para llegar a este, de acuerdo con el Popol Vuh. En Menú te contamos.
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El desenso al Xibalbá
De acuerdo con el Popol Vuh hay entre 5 y seis estaciones antes de llegar al Xibalbá, que representa el inframundo, según los Quichés, el cual representa el lugar del miedo, un sitio inescapable, de acuerdo con el folclor maya.
El reto que había que enfrentar para descender ahí era pasar por las casas del castigo, que eran la casa del frío, de la oscuridad, del calor, de los jaguares, de los murciélagos y de los cuchillos.
Si bien, la tradición maya no habla de alimentos en el Xibalbá ni en el Metnal, otra versión del inframundo, el chef de Fairmont Mayakoba imaginó que es lo que se podía comer en cuatro de las casas más importantes: Frío, Fuego, Oscuridad y Jaguar.
Día de Muertos en Mayakoba
En la casa del fuego se sirvieron platillos como lechón, picaña, cebollas rostizadas y tacos. En la estación del frío destacaron las ensaladas de hoja santa o de queso Cotija. Por su parte, en la estación del Jaguar fue la de los postres, con flanes y marquesitas.
Sin embargo, lo que más destacó fue la estación de la oscuridad, en donde la cocina tradicional yucateca y de la península fue la protagonista. El personal nos explicó que parte de los festejos en día de muertos se basan en la comida.
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Cocina tradicional en Hanal Pixán
El personal de Fairmont, explicó que parte de los platillos que se comen en Yucatán o Quintana Roo son el Mukbilpollo, un tamal de achiote con pollo al pib, que es la técnica del cocimiento bajo tierra de platillos como la cochinita. Este tamal se prepara con masa marinada en salsa de achiote y se rellena con pollo.
Se prepara el pib y se entierra el tamal, que además lleva col y se envuelve con hoja de plátano. Se deja cocer por 6 horas bajo la tierra y estará listo. Este es un platillo para compartir, pues, dependiendo de la extension de la familia, es el tamaño del tamal, que se porciona por pedazos, similar a cortar un pastel.
También se sirve el relleno negro, hecho recado negro: chiles secos rojos tatemados, achiote, pimienta, comino, jitomate y jugo de naranja. Se acompaña de un but, que de acuerdo con Larousse Cocina, “se condimenta con recado negro o de chiltomate y recado colorado, epazote, jitomate. Se sirve en un platón adornado con yemas de huevo cocidas para comer en tacos con tortillas de maíz“.
De acuerdo con el Gobierno de México las mujeres elaboran los alimentos y colocan los altares para las ofrendas, mientras que los hombres excavan el muuk y entierran y desentierran los pibes.