En sus calles y locales, el E stado de México guarda una historia y gran variedad gastronómica que ofrece sabores únicos a este bello estado. Estos platillos resaltan las raíces prehispánicas de las culturas mazahua, otomí, nahua, matlazinca y tlahuica. ¡Conócelos!
Se caracteriza por la cocción de carne de borrego o de chivo en pencas de maguey en horno de tierra. Una técnica de origen prehispánico. Este platillo es popular en el centro del país y se acostumbra comer con tortilla de maíz en forma de tacos acompañados de cebolla, limón, una salsa picosa y un pulque. Texcoco y Capulhuac son dos lugares donde enocntrarás la mejor.
(Foto: itsock)
Existen dos tipos de mixiotes, pero el más delicioso es preparado en Amecameca. Este manjar se caracteriza por cocer al vapor diferentes tipos de carne y salsas dentro de una hoja que proviene de la membrana de la penca de maguey. En particular, puede ser la carne de cerdo en salsa verde con nopales y epazote o el pollo con salsa de chile guajillo con clavo, nopales, comino y epazote.
Consiste en un caldo de estómago de res o borrego que se condimenta con salsa de chiles pasilla y chilaca, además de ajo y epazote. Se llega a servir con cebolla picada, limón orégano y tortillas. Esta preparación la encuentras en Naucalpan y Metepec.
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Para los mexicanos los tacos son parte de su identidad y lo mejor, es que estos pueden ser de cualquier cosa: chorizo, cecina, bistec o algún otro tipo de carne o pollo. Todo taco, sin duda, debe ser acompañado por cilantro, perejil, una salsa bien hecha o chiles verdes en rodajas o enteros.
En Edomex te recomendamos visitar los tacos de obispo en Tenancingo, los tacos de cecina en Tepetlixpa y los obligados tacos de chorizo en Toluca.
A simple vista sus hojas de maíz no llaman tanto la atención, pero el tamal como un tesoro guarda una gran riqueza en su interior. Pueden estar rellenos de un sinfín de alimentos como hongos, chapulín, totomoches, rajas, ayocote, capulín y muchos más.
Te sugerimos probar los tamales de capulín en Tlalmanalco, los de hongos en Ocuilán, Chalma y Malinalco, y los totomoches de Zumpango.
El pinole, una harina de maíz tostado mezclada con piloncillo y canela, es muy consumido en Metepec, Tenango del Valle y Toluca, se añade principalmente en atole.
Una opción más refrescante es la garapiña, una bebida fermentada similar al tepache, pero con un sabor un poco más sutil, y a la vista, suele ser más clara, pues se prepara con pulpa de piña y azúcar.
Por último, el pulque, la llamada bebida de los dioses que se obtiene al fermentar el aguamiel producido por el maguey pulquero. En Jiquipilco existe una importante feria dedicada a esta bebida.
(Foto: Beto Lanz)
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