Hace unos días abrió sus puertas la sucursal san angelina de Al-Andalus , una de las propuestas restauranteras más atractivas al sur de Ciudad de México, tanto por su gastronomía como por sus instalaciones.
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Se encuentra en el primer nivel de la Torre Aleph , levantada sobre Insurgentes Sur poco antes de iniciar Ciudad Universitaria, en el predio antaño ocupado por el restaurante La Cava. Sus instalaciones se extienden por 1,400 metros cuadrados, la mitad destinadas a las mesas dispuestas para sus 300 comensales contemplados en condiciones normales.
Keppe crudo de cordero / Foto: cortesía
Grandes ventanales delimitan la mitad de sus costados, con acceso a sendas terrazas exteriores, mientras que el salón principal lo preside una monumental reproducción estilizada del emblemático cedro libanés, con sus ramas extendiéndose por el techo.
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¿Qué comer?
Su propuesta gastronómica abarca más de 200 platillos, y corre por cuenta del chef Mohamed Mazeh, quien tres décadas atrás abriera la matriz en el Centro Histórico , aparte de operar los restaurantes de las dos sedes del Centro Libanés , en la misma capital de la República, todos ellos reconocidos por su comida árabe.
Foto: cortesía
“Aquí le daremos a nuestros platillos un toque mediterráneo más acentuado, gastronomía de la que forma parte la comida árabe, explica el propio chef, quien define su propuesta como vanguardista y sana. “Habrá muchas recetas elaboradas con cordero y de ciertas partes de la res con nuestros toques particulares. Igual habrá platillos especiales con pollo y codorniz, lo mismo que un par de pastas elaboradas aquí mismo de manera artesanal, sin faltar sugerencias del día.
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No faltarán tampoco los platillos de la tradicional (y espectacular) mesa libanesa, para compartir al centro, entre dos o más personas, sin un orden prestablecido para su consumo: hummus de garbanzo, jocoque seco, keppe crudo , hojas de parra rellenas de carne molida de cordero y tabbule —la tradicional ensalada de Medio Oriente, elaborada con perejil picado, jitomate y aceite de oliva—, acompañado con pan pita recién horneado, sin olvidarnos de las creaciones de la casa: como rollos de filete de ternera con ajonjolí.
Tabbule / foto: cortesía
La variedad de platos fuertes abarca desde el kafta de cordero en caldillo de jitomate, mismo que le imprime reminiscencias caseras, hasta la siempre espectacular parrillada mixta de cordero , pollo y arrachera, acompañada de verduras asadas a la parrilla.
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Elegante, diferente, y dirigida a los comensales que cuidan su salud, así define el chef Mazeh su carta de desayunos, donde incluye propuestas netamente locales, como sus chilaquiles con totopos de maíz azul horneados, bañados con salsa de chile pasilla y acompañados de cecina, algo que vale la pena probar.
Postres libaneses / Foto: especial
La carta de bebidas
Su oferta de vinos alcanza los tres centenares de etiquetas, principalmente españolas y mexicanas, a las que suman otras 80 importadas desde Líbano—país con una milenaria tradición vinícola, remontada a los fenicios y consignada en el bíblico pasaje de la Bodas de Canaán — que incluyen la marca del propio restaurante, originaria del valle de Becá. No falta tampoco el arak, tradicional destilado de anisado sabor y aroma, igual ofrecido “derecho” como integrado al coctél de la casa.
Chef Mohamed Mazeh / Foto: cortesía
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