La salud cardiovascular depende mucho de la alimentación que tenemos. Una dieta balanceada no sólo nos garantiza que el corazón funcione correctamente, sino que previene padecimientos que ponen en riego nuestra vida.
Para cuidar tu corazón, en Menú te contamos cuáles son los alimentos que deberías limitar reducir el riesgo de desarrollar una enfermedad cardíaca.
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Las carnes procesadas, como las salchichas, el jamón o el salami, tienen un alto contenido de sodio. En exceso, este mineral puede ocasionar el aumento del colesterol “malo” o LDL en la sangre, lo que deriva en padecimientos como la aterosclerosis.
Esta enfermedad ocurre cuando el colesterol malo y otras sustancias dañinas forman una placa en las arterias que impide el flujo de la sangre. En consecuencia, los tejidos y los órganos no reciben el oxígeno suficiente.
A su vez, dicho problema promueve el desarrollo de cardiopatías como insuficiencia cardiaca o paros cardíacos, según informa el National Heart Lung and Blood Institute.
La Revista del Consumidor de la Profeco advierte que la mayoría de las sopas enlatadas contienen más de la mitad del sodio recomendado para adultos, conforme la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Un adulto puede llegar a consumir hasta 2000 mg de sodio al día, indica la OMS. Si se ingieren alimentos que rebasen esa dosis puede ocasionar problemas como hipertensión, ataques cardíacos o accidentes cardiovasculares.
Nuggets, pollo frito, papas a la francesa... todo lo que pase por una freidora puede traer riesgos para el corazón.
Pese a su sabor adictivo, los alimentos fritos son un almacén de grasas saturadas que, según explica MedlinePlus, pueden elevar el colesterol malo y causar enfermedades cardíacas, entre ellas, angina de pecho o infarto cardiorrespiratorio.
Las bebidas azucaradas son detonantes para las enfermedades del corazón. De acuerdo con CanoHealth, las cantidades excesivas de azúcar en los refrescos incrementa los triglicéridos que, si se acumulan en el cuerpo, provocan cardiopatía coronaria o accidentes cerebrovasculares.
Además, un exceso de azúcar en la sangre puede derivar en resistencia a la insulina o en padecimientos como la diabetes.
Productos como la mantequilla o la leche entera deben consumirse con moderación, ya que su contenido elevado de grasas saturadas afectan nuestra salud.
Según la Federación Nacional de Industrias Lácteas, lo mejor es no consumir más de 10 g de mantequilla al día; mientras que para la leche se sugiere tomar de 200 a 250 ml diarios, explica la Fundación Española del Corazón.
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