La nutrición deficiente en niños y adolescentes va a repercutir de forma negativa en su desarrollo, pues les costará más trabajo concentrarse, sus órganos no funcionarán adecuadamente y hasta puede afectar en su crecimiento, entre otros aspectos.
Por eso en Menú te contamos sobre la importancia de la alimentación en los niños y adolescentes.
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El cuerpo humano es como una máquina que necesita “gasolina” para poder funcionar correctamente, si no se le da el combustible adecuado la máquina se avería. A una edad temprana las consecuencias son aún peores, ya que, eso interfiere en el crecimiento de los pequeños principalmente.
De acuerdo con el “Estudio Mundial de la Infancia de la Unesco” hasta 2019, uno de cada tres niños menores de cinco años presenta sobrepeso, y uno de cada dos padece “hambre oculta” , es decir, le faltan vitaminas y nutrientes esenciales. Esto significa que cientos de niños en el mundo tienen dificultad para crecer y por lo tanto no pueden desarrollarse en plenitud.
El estudio de la Unesco también resalta que la obesidad y el sobrepeso son una consecuencia de la mala alimentación. “El sobrepeso y la obesidad están en aumento. Entre el 2000 y el 2016, la proporción de niños con sobrepeso de 5 a 19 años aumentó del 10% a casi el 20%” declara en el estudio.
Los niños y adolescentes con sobrepeso pueden ser más susceptibles a tener diabetes
, enfermedades del sistema cardiovascular y también enfermedades como anemia, depresión, entre otras dificultades que le impedirán llegar a la vida adulta de manera saludable.
Uno de los puntos en los que coincide el “Estudio Mundial de la Infancia de la Unesco” , es que la alimentación es el factor decisivo entre una buena o mala nutrición y por ende un desarrollo integral en el crecimiento de los niños y adolescente. Por ejemplo, si no consumes legumbres, pescado o leche y sus derivados, los niños no podrán alcanzar su estatura máxima además de tener huesos débiles.
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Los puntos que debes tomar en cuenta a la hora de saber que darle de comer a tus hijos dependen de la edad, peso, estatura, actividades que hagan y otras necesidades. Por ejemplo, cuando los bebés nacen y hasta los seis o nueve meses, solo se alimentan de leche materna y de allí obtienen todos los nutrientes que necesitan para crecer.
Es hasta los seis o nueve meses -depende del desarrollo del infante - cuando el bebé se inicia en el mundo de la comida, por eso los doctores recomiendan empezar a comer papillas de pera o manzana hervida y gradualmente añadir plátano, durazno y chayote, por ningún motivo el pequeño puede comer otros alimentos, ya que puede ser peligroso para su salud.
A los 10 meses el bebé ya empieza a comer más variedad de alimentos como zanahoria, calabaza, papa, sopa, brócoli, melón, ciruela, y naranja, la carne también se incluye en pequeñas cantidades; pero su estómago aún no está preparado para comer kiwi y fresas.
¿Sabías que? los niños de los seis meses y hasta los 11 meses de edad no pueden comer fresa, pues su estómago no está preparado para digerir esta baya
En los primeros dos años el bebé ya puede comer lácteos como yogurt y quesos, también puede digerir el pan y todas las frutas. En esta etapa ya se deja de comer papilla y se empieza a comer comida sólida, los niños empiezan a experimentar con las texturas y forma de la comida.
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Una vez que los niños pueden comer de todo, es importante seguir tomando en cuenta la edad, estatura y peso de la persona; así como tomar en cuenta si realiza algún deporte, actividad física u otra cosa que requiera más esfuerzo del cuerpo. Con el fin de incluir la comida que más les beneficie.
Por ejemplo, un niño que va a la escuela, hace ejercicio y juega tiene un mayor gasto energético en comparación con un pequeño que solo va a la escuela y juega. En ese sentido el niño que hace deporte necesita incluir más proteínas en su dieta y comida que le de energía.
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Las proteínas ayudan a regenerar las células del cuerpo, son las responsables de construir los músculos, los cartílagos, los huesos, la piel y hasta la sangre, por eso es muy importante consumirla en diferentes dosis según la edad que se tenga.
Consumo de proteína al día según la edad
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Si bien la alimentación es clave en el crecimiento de los niños hay otras actividades que ayudan a los infantes y adolescentes. En primer lugar, los niños desde los cinco años y hasta la vida adulta deben ejercitarse durante una hora al día y beber dos litros de agua diarios.
Los menores de cuatro años tienen que dormir hasta 15 horas diarias para crecer. De los cinco y hasta los 17 años, se recomienda que las personas descansen de nueve hasta 12 horas al día, esto ayudará a que sus células se regeneren, además ayuda al buen funcionamiento del cuerpo y el rendimiento en el día a día.
Otro factor que muchas veces no se le presta la atención que merece es tener horarios para comer que respondan a tu instinto natural, esto es: desayunar, comer y cenar cuando tú “hambre” despierte. Esto ayudará a que tu metabolismo no se vuelva lento y a que no comas demás. Incluir snacks saludables entre comidas también es importante.
Es importante acudir al nutriólogo , por lo menos una vez al año con el fin de tener un chequeo de rutina. Allí un experto podría hacerte un diagnóstico adecuado para tus hijos y te orientará sobre los alimentos que debe consumir para su desarrollo físico y mental.
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