Si pensamos en vinos blancos de Austria, inmediatamente vienen a la mente recuerdos de la mítica Grüner Veltliner, la uva blanca más relevante a lo largo y ancho de esta nación europea. Sin embargo, en los últimos años la Sauvignon Blanc comenzó a experimentar un explosivo y singular crecimiento en el sudeste austríaco, impulsado por su capacidad para producir vinos de contenido alcohólico moderado, potentes tonos frutales y agradable frescura. ¡Sí!, esa combinación idílica que hoy demandan consumidores de vino en todo el planeta.
Una cepa en ascenso
¡Imagínelo!, en Estiria (Steiermark) los viñedos de Sauvignon Blanc aumentaron cerca del 30 por ciento en tan sólo cinco años, hasta sumar 910 hectáreas actuales. La cepa se propagó rápidamente a lo largo de pendientes empinadas y múltiples tipos de suelos, desarrollando una propia, bien diferenciada y reconocida tipicidad.
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Justamente, es esa particular combinación de clima continental moderado y constante influencia mediterránea procedente del mar Adriático, la que favorece la maduración plena de los racimos de Sauvignon Blanc en Estiria. A eso, hay que sumar una perfecta armonía entre días soleados y noches frescas, que favorecen el desarrollo de complejos matices sensoriales en los frutos.
Sin embargo, la compleja topografía de la región es la gran clave en la propagación exitosa de la Sauvignon Blanc. Estiria posee una amplísima variedad suelos, desde piedras calizas hasta esquisto, grava y arcilla, que permiten jugar con la estructura y carácter definitivo de cada fermentado.
Los viñedos suelen estar plantados en laderas empinadas que favorecen el drenaje y maximizan la exposición de las uvas a los rayos del sol; estos viñedos son el perfecto ejemplo de un manejo orientado a promover la concentración de aromas y sabores, y evitar la acumulación de humedad y generación de enfermedades fúngicas.
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¿Y en copa?
De forma genérica podemos decir que se trata de blancos de Sauvignon Blanc de gran elegancia, marcada intensidad aromática y vibrante frescura. Los aromas típicos incluyen notas de frutas tropicales y delicados matices cítricos que recuerdan a lima y toronja. Sin embargo, existen todo tipo de exponentes a lo largo de la región, desde vinos ligeros ideales para disfrutarse jóvenes, hasta etiquetas de guarda que requieren años en botella para desplegar toda su complejidad.
Los Sauvignon Blanc procedentes de viñedos únicos suelen desplegar tonos de frutos de hueso, hierbas y dominantes frutos tropicales, además de mostrar astringencia placentera en boca y matices salinos muy característicos. También, suelen poseer una excepcional longevidad.
En las bodegas familiares de Estiria, sin embargo, hay millones de perfiles asociados siempre a decisiones específicas de vinificación: fermentación en acero inoxidable o madera, paso por barricas grandes o pequeñas, maloláctica o no, contacto con los hollejos, crianza sobre lías y uso de levaduras autóctonas.
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Luego está, el grado de dulzor. En la zona, los blancos de Sauvignon Blanc pueden ir desde la sequedad absoluta, hasta integrar excepcionales vinos dulces naturales repletos de tonos de durazno, chabacano, mermelada de grosella y frutos secos. De hecho, la ubicación privilegiada de Estiria, con su altitud y frío, favorece la producción de jugos con acidez vibrante y fresca ideales para mejorar la expresión de grandes Beerenauslese o Trockenbeerenauslese.
*Carlos Borboa es periodista gastronómico, sommelier certificado y juez internacional de vinos y destilados.
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