Para los amantes del café , su día comienza con una taza de esta bebida. Se dan el tiempo de saborear todos sus matices sorbo tras sorbo en los cuales van aencontrando aromas y sabores. Es así como un café de especialidad como el de Yemen se convierte en un ritual.
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En los últimos 20 años, el café de especialidad se ha abierto mercado en el mundo, actualmente tiene casi el 10 porciento del mercado global, lo que significa que ya cuenta con un nicho, con un consumidor consolidado, pero de manera paradójica, en los países cafetaleros es donde menos se consume esta bebida.
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“Lo mejor de todo es que México, en particular y en general, es de los países productores en donde este nicho apenas se está desarrollando, lo que quiere decir que nuestro país tiene un potencial de crecimiento en cafés especiales”, explica Octavio Ruiz , socio fundador y barista de Alma Negra Café .
Aunque en Estados Unidos, Noruega, Alemania, entre otros países europeos, el consumo per cápita de café es de más de cinco kilos, en México, el consumo es apenas de dos kilos per cápita. Sin embargo, esta cifra es el resultado de un crecimiento paulatino, porque apenas hace diez años el consumo per cápita era de medio kilo.
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Desde que se fundó Alma Negra Café , hace siete años en la Narvarte, esta cafetería de especialidad se ha ido expandiendo poco a poco a lo largo de la ciudad, y se ha convertido en un lugar favorito para los amantes del café, quienes disfrutan saborear una bebida de granos seleccionados y muy especiales, como el c afé de Yemen , que por ocasión limitada, se ofrece en sus sucursales.
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Yemen es un país bicontinental, que está ubicado entre Oriente y África, y su café es considerado uno de los mejores del mundo, porque su origen está en Etiopia, donde existe tanta riqueza genética que el café que se cosecha prácticamente es silvestre.
Pero el café de Yemen no son solo los granos con marcado y profundo sabor, sino también representa una tradición y un personaje protagónico en la historia del país, la cual inició en el siglo XV, cuando los primeros granos llegaron provenientes de Etiopía, donde era la bebida más popular del mundo islámico y se le conocía como El vino del profeta.
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De alguna manera, el café se convirtió en una parte intrínseca de la economía yemení en el siglo XVI, y comenzó su exportación a escala mundial desde el puerto de Moka , el más concurrido de aquella época y considerado como la principal ruta marítima del mundo árabe.
“Las transacciones arábigas sucedían en el puerto de Moka -Yemen-, que ya no se utiliza, es un vestigio histórico, pero hoy en día reconocemos la palabra Moka con algo que está relacionado con el café, éste era el único lugar donde se podía conseguir café, los árabes intentando construir un monopolio, hervían las semillas de café para que los holandeses no pudieran reproducir esa semilla y quitarles el mercado y esto fue por varios siglos”, explica Octavio Ruiz.
Fue en ese tiempo en el que Yemen se consolidó no solo como exportador de café, sino como productor. “Y el café moka, en este caso, es el resultado de modificaciones genéticas que sufre la planta de manera natural al adaptarse a nuevas regiones. Es un varietal, de los más antiguos del mundo, el cual toma su nombre de ese puerto que durante siglos sirvió para que el café se expandiera a todo el mundo”, aclara el experto. Las características de este varietal son el sabor con acidez marcada y un suave toque achocolatado.
En la actualidad, este café de Yemen proviene de pequeñas aldeas, es cultivado y cosechado por familias que por generaciones se han dedicado a esta tarea. Su comercialización se lleva a cabo a través de la compañía Pearl of Tehama, de Fatoum Muslot, que tiene al frente a una empresaria yemení que heredó el negocio y la reputación de su padre, pero que se ha tenido que enfrentar a una sociedad que no acepta a las mujeres en el comercio.
Para redondear la experiencia de este café yemení, Alma Negra hace un maridaje muy especial, un maridaje cultural, que consiste en saborear la bebida con la lectura del libro “El Monje de Moka”, de Dave Eggers, que recoge "la historia real de un joven estadounidense de familia yemení, que sueña con resucitar el antiguo arte del café de moka y termina atrapado en un bombardeo Saudí en Yemen".
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